Creo que no hará falta explicar el argumento de Asesinato en el Orient Express ni recordar que es una de las novelas más famosas de Agatha Christie. Una de las razones será que ha sido una de las novelas de esta autora adaptada para el cine con más éxito. Por supuesto, el protagonista es ese detective belga de grandes bigotes y cabeza de huevo, friolero, celoso de su fama, agudo observador de la psicología humana y, perdonen ustedes, un poco gafe. Porque si van de crucero por el Nilo, se suben a un tren, pasan el fin de semana en una mansión, hacen un viaje en avión o algo parecido y entre el reducido número de personas que comparten la experiencia está Monsieur Poirot, ojo, que alguien morirá.
La novela se tituló Murder in the Calais Coach (Asesinato en el coche de Calais, literalmente), porque el suceso sucede en ese coche del Orient Express. Fue publicada por primera vez en 1934. Dicen que la novelista se inspiró en sus viajes en ese expreso (el primero, en 1929) y en el caso Lindbergh, un secuestro de un niño que acabó en asesinato, que conmocionó a la opinión pública de su tiempo. Escribió la novela en Estambul, en uno de sus viajes.
Como creo que ya he dicho otras veces, me complace mucho distraerme con los intrincados casos que tiene que resolver Poirot. Leer de nuevo este clásico de las novelas policíacas (en su época,de misterio) es siempre un placer.
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