Queridos lectores míos, ocasionales o de toda la vida, que de todo hay:
Aquí tienen otro artículo publicado por Metrópoli Abierta donde hablo de una cosa muy peligrosa en política y en la vida pública en general. Se titula Gazmoñería, y espero que les guste.
muy impresionante el ejemplo de los mendigos y no dudo que ese sea el resultado en cualquier país que se haga...
ResponderEliminarentonces que se hace? se da o no? dar es dar, no hay otra implicancia y los políticos que hagan lo suyo ¿no?
saludos...
Hay que presionar a los políticos, por supuesto. Lo otro, según la costumbre y conciencia de cada uno.
EliminarPor intentar sembrar algo de duda: ¿acaso un gobierno no podría ser ejemplar y avanzado, aunque gazmoño en lo estético y ante las masas (que por otra parte así lo demandan, como mínimo desde la época del "pan y circo")? O dicho más breve: ¿el fin justifica los medios? Si el perrito consigue lo que no consigue la sensatez, si la banderita consigue lo que no consigue las argumentaciones de una comisión de expertos, ¿acaso no tendrán que añadirse perritos a la ecuación, para llegar a buen puerto?
ResponderEliminarSlds.
Todos podemos caer en la cursilería, pero un buen gobierno tendría que huir de ella, pues la gestión de lo público no se hace con las emociones, sino con la razón y siguiendo unas pautas marcadas por un pacto social, siendo la ley su máximo exponente.
EliminarSi tenemos que acudir a perritos y banderitas y no valen ni los argumentos ni la sensatez, vivimos en una sociedad que tiene un grave problema político.