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El linchamiento de Viktor Frankenstein



Según consta en los periódicos, al caer la noche del primero de octubre cientos de gerundenses se reunieron al grito de ¡Muerte a la Criatura! y, empuñando antorchas, corrieron al castillo del noble Viktor Frankenstein, al que acusan del terror que se ha abatido sobre la población. Sus intenciones parecían peligrosas.

En cualquier caso, aunque no fueran ésas sus intenciones, requiero a los gerundenses y a todos aquéllos que los imitan a prescindir de las antorchas en sus desfiles. Acudir a esta estética con el recuerdo de la historia europea reciente es, cuanto menos, un error. Ahora bien, si resulta que el parecido no es casual ni fruto de una monumental torpeza, entonces allá ellos y pobres de nosotros.

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