Queridos lectores:
El acoso a quienes se atreven a alzar la voz para señalar que el emperador está desnudo es una constante en Cataluña. Quien se atreve a decir y razonar por qué no está de acuerdo con el procesismo acaba siendo insultado y difamado sin medida ni piedad, y se emplea la mentira y la falsedad con una aberrante desfachatez. Javier Cercas ha sido la penúltima víctima de este triste escarnio, porque no ha sido ni será la última.
De eso, poco más o menos, va mi artículo en Metrópoli Abierta. Se titula Ya vale.
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