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Proyecto de país

El personal todavía ríe, por no llorar. Ernest Maragall largó contra el Gobierno de la Generalidad de Cataluña (del que forma parte como conseller de Educación) en una conferencia. Dijo que los catalanes se habían cansado de Tripartito y que no querían volver a verlo, y que hacía tiempo que el Tripartito había perdido el rumbo. Curioso, porque es sabido que el señor Maragall fue el alma mater de la reedición del Tripartito. Todavía se discute si se le fue la olla o dijo lo que dijo con toda intención, y también se discute sobre qué intención era ésa. Le salieron muchos amiguitos que le dieron la razón y por si no había quedado clarito, el señor Maragall lo puso por escrito y lo publicó en los periódicos el 14 de febrero, día de los enamorados.

Dijo (y copio):

«No debo rectificar nada ni es mi intención hacer uso del argumento del "fuera de contexto". Dije lo que dije y volvería a decirlo con las mismas palabras. [...] El gobierno de José Montilla [...] ya hace tiempo que renunció a encarnar un proyecto integral de país con pretensión de ser entendido y aceptado como tal.»

Al día siguiente, había sonado el toque de retreta en los pasillos de palacio. Los amiguitos del señor Maragall tomaron las de Villadiego. El señor Montilla no aceptó la dimisión de mentirijillas del señor Maragall y el señor Maragall, muy agradecido, dijo, y cito con todas las letras:

«No tengo ningún problema en modificar y rectificar una expresión que seguramente era correcta en su literalidad, pero que formaba parte de una reflexión más amplia y que me sigue pareciendo necesaria. [...] Estoy convencido de que este gobierno tiene un proyecto de país, que ha sacado adelante desde el primer momento.»

No comentaré la catadura moral de algunos, ni los requiebros lingüísticos con los que intentan ocultar su inepcia. A la vista están una cosa y la otra y cada cual que piense lo que quiera, que ya es mayorcito. Yo me limito a pasar vergüenza ajena.

Lo que me tiene intrigado no es la capacidad de comer sapos que tienen algunos, sino qué narices es un proyecto de país. Porque el intríngulis del caso es saber si el gobierno tiene o no tiene un proyecto de país. ¿Lo tiene o no lo tiene?

La oposición afirma: el Tripartito no tiene un proyecto de país. CiU, sin embargo, afirma tenerlo y no habla de otra cosa. Proyecto de país por aquí, proyecto de país por allá... Tráiganme una entrevista al señor Mas que dure más de treinta segundos que no hable de proyecto de país y me comeré mis propias palabras.

De un tiempo a esta parte, el proyecto de país está en boca de todos. ¡Hasta en España se habla de proyecto de país! Una contribución más de Cataluña al reino, pero ¿acaso otro ataque contra el buen uso del lenguaje?

Porque ¿qué es un proyecto de país?

País viene del francés pays. Un país es una nación, región, provincia o territorio (RAE dixit); es, en definitiva, un concepto geográfico, aunque es cierto que se utiliza con frecuencia en política o antropología. Recordemos que se suele asociar una nación o una cultura a un territorio. De ahí nacen algunas confusiones... y algunas guerras.

Proyecto viene del latín proiectus. Entre otras cosas, cito la RAE, es el designio o pensamiento de ejecutar algo, o el primer esquema o plan de cualquier trabajo que se hace a veces como prueba antes de darle la forma definitiva. También se hace referencia a los proyectos de arquitectura o ingeniería o a las proyecciones geométricas, pero no vienen al caso.

Un proyecto de país será, pues, el esquema de cómo se quiere que sea un país: los ríos pasarán por aquí, allá pondremos alguna montaña, por ahí algo de verde y playas en la costa, para que quede bonito. Un proyecto de país es, pues, una gilipollez, a no ser que colonicemos la Luna.

Parece mentira que el señor Maragall sea tan leído. Tendría que haber dicho que el Tripartito ha perdido el norte (o no), que este gobierno no sabe lo que hace (o sí que lo sabe), que improvisa sobre la marcha según le va o le viene (o tiene muy claro qué quiere hacer y planifica sus actuaciones en consecuencia), que no ha sabido desarrollar o aplicar una estrategia de formación del espíritu nacional (o sí que ha sabido desarrollarla y aplicarla), que no tiene un plan de infraestructuras para el país (o sí que lo tiene), etc. ¡La de cosas que podría haber dicho! ¡Lo que nos hubiera ilustrado! Pero los países no se proyectan, son los que son, qué le vamos a hacer, y nos quedamos con las ganas de saber qué quiso decir que tenía o no tenía el Gobierno.

Sin embargo, es posible que sí que exista de verdad un proyecto de país. Que el alcalde de Barcelona quiera las olimpiadas de invierno para la ciudad me huele a chamusquina. Es posible que algún despacho oficial tenga sobre la mesa el proyecto de acercar los Pirineos a la costa y todavía no lo sepamos. Qué miedo.

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