Un breve ensayo. Tan breve que es casi un apunte. Pero ¡cuántas verdades encierra En defensa de los ociosos, de Stenvenson! Cuántas. Reivindica el derecho, el deber, de ser feliz, y la dicha de sembrar felicidad, sin ir más lejos. Meritorio, brillante. Recordemos cuánto debemos al ocio, al ocio de veras y bien entendido, y agradezcamos a Stevenson estas letras, tan sabias. También agradezcamos muchísimo a editorial Nadir que lo publique, traducido por Carlos García Simón.
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