La crisis obliga a reducir gastos, y el Ayuntamiento de Barcelona se ha sumado al carro. Una de las víctimas de los recortes presupuestarios ha sido el castillo de Montjuic. El castillo es un pedazo de historia así de grande. La primera fortificación moderna data de 1640; la forma actual, de mediados y finales del siglo XVIII. Me voy a remitir a la página de información oficial, en www.bcn.cat/castelldemontjuic/es/welcome.html, sin entrar en detalles sobre su historia.
El Ejército cedió el castillo a la ciudad en 1960 (sic), aunque siguió siendo gestionado por el Ejército. En 1963, se inauguró un Museo Militar muy interesante. Contenía una de las mejores colecciones de armaduras modernas (renacentistas) de Europa, una abundantísima colección de armas cortas y una colección de piezas de artillería que daba envidia a los museos militares de Londres, París o Viena, por citar algunos. Cañones de hierro y bronce de avancarga de los siglos XVII, XVIII y XIX, cañones de retrocarga y artillería de campaña de la Primera Guerra Mundial y de la Guerra Civil. En el patio de armas del castillo se exponían alrededor de una veintena de cañones; de ésos, al menos seis eran piezas únicas (el único ejemplar existente en todo el mundo era ése) y las demás, piezas raras (de las que no se conservan ni una docena). Aunque la colección estaba abandonada a la buena de Dios, podía competir perfectamente con la colección del Museo del Ejército de Madrid de entonces y hablar de tú a tú con muchos arsenales y museos militares europeos.
En 2007, la gestión de la totalidad del castillo fue a parar a manos del Ayuntamiento de Barcelona. En 2008, se había desmantelado el museo. Las piezas se desperdigaron y la mayoría han abandonado Cataluña de una vez y para siempre. Aquí no las quiso nadie. La historia, para los demás. Aquí montaremos unos centros yipi-yupi-chupi-guay y ya verás tú. Sí, ya lo veré, lo estoy viendo, mamarrachos.
Hoy se publica que se suspenden todas las inversiones en el castillo. La culpa es de la crisis, pero la letra pequeña el Ayuntamiento afirma que los planes para convertir el castillo en un Centro Internacional por la Paz, en un Centro por la Memoria o en lo que fuera de este palo, no podía tirar adelante por falta de concreción (sic). En resumen, que eran proyectos de boquilla, carentes de sustancia, como temíamos algunos. Que querían el castillo, pero no sabían para qué lo querían. Como niños. El paripé del castillo para la ciudad duró dos días y luego... abandono, un abandono serio, lamentable. De hecho, el asunto va un poco más allá de la (dis)función de esos centros etéreos y platónicos: no saben de dónde sacar el dinero para reforzar la estructura del castillo, que corre riesgo de derrumbe en alguna de sus dependencias. Las obras costarían millones y no encuentran a nadie que quiera pagarlas (especialmente si luego el castillo volverá a quedar abandonado y sin un uso concreto).
Siempre en minoría, defendí la colección militar en Montjuic. Tengo derecho a echar en cara a las autoridades su ineptitud, su estupidez y tantas oportunidades perdidas. Una de ellas, la de convertir la colección del castillo en un Museo de la Guerra Civil. ¿Saben que no existe un solo Museo de la Guerra Civil en toda España? ¡Ni uno! ¿Acaso no merece un museo, nuestra Guerra Civil? Tanto que hablan de preservar la memoria y... ¿dónde pretenden preservarla? Manda huevos.
Vayan a http://www.iwm.org.uk/ y aprendan de los ingleses. También pueden curiosear en http://www.invalides.org/, www.hgm.or.at/eng o http://www.sfhm.se/, porque franceses, austríacos o suecos también pueden enseñarnos mucho.
El Ejército cedió el castillo a la ciudad en 1960 (sic), aunque siguió siendo gestionado por el Ejército. En 1963, se inauguró un Museo Militar muy interesante. Contenía una de las mejores colecciones de armaduras modernas (renacentistas) de Europa, una abundantísima colección de armas cortas y una colección de piezas de artillería que daba envidia a los museos militares de Londres, París o Viena, por citar algunos. Cañones de hierro y bronce de avancarga de los siglos XVII, XVIII y XIX, cañones de retrocarga y artillería de campaña de la Primera Guerra Mundial y de la Guerra Civil. En el patio de armas del castillo se exponían alrededor de una veintena de cañones; de ésos, al menos seis eran piezas únicas (el único ejemplar existente en todo el mundo era ése) y las demás, piezas raras (de las que no se conservan ni una docena). Aunque la colección estaba abandonada a la buena de Dios, podía competir perfectamente con la colección del Museo del Ejército de Madrid de entonces y hablar de tú a tú con muchos arsenales y museos militares europeos.
En 2007, la gestión de la totalidad del castillo fue a parar a manos del Ayuntamiento de Barcelona. En 2008, se había desmantelado el museo. Las piezas se desperdigaron y la mayoría han abandonado Cataluña de una vez y para siempre. Aquí no las quiso nadie. La historia, para los demás. Aquí montaremos unos centros yipi-yupi-chupi-guay y ya verás tú. Sí, ya lo veré, lo estoy viendo, mamarrachos.
Hoy se publica que se suspenden todas las inversiones en el castillo. La culpa es de la crisis, pero la letra pequeña el Ayuntamiento afirma que los planes para convertir el castillo en un Centro Internacional por la Paz, en un Centro por la Memoria o en lo que fuera de este palo, no podía tirar adelante por falta de concreción (sic). En resumen, que eran proyectos de boquilla, carentes de sustancia, como temíamos algunos. Que querían el castillo, pero no sabían para qué lo querían. Como niños. El paripé del castillo para la ciudad duró dos días y luego... abandono, un abandono serio, lamentable. De hecho, el asunto va un poco más allá de la (dis)función de esos centros etéreos y platónicos: no saben de dónde sacar el dinero para reforzar la estructura del castillo, que corre riesgo de derrumbe en alguna de sus dependencias. Las obras costarían millones y no encuentran a nadie que quiera pagarlas (especialmente si luego el castillo volverá a quedar abandonado y sin un uso concreto).
Siempre en minoría, defendí la colección militar en Montjuic. Tengo derecho a echar en cara a las autoridades su ineptitud, su estupidez y tantas oportunidades perdidas. Una de ellas, la de convertir la colección del castillo en un Museo de la Guerra Civil. ¿Saben que no existe un solo Museo de la Guerra Civil en toda España? ¡Ni uno! ¿Acaso no merece un museo, nuestra Guerra Civil? Tanto que hablan de preservar la memoria y... ¿dónde pretenden preservarla? Manda huevos.
Vayan a http://www.iwm.org.uk/ y aprendan de los ingleses. También pueden curiosear en http://www.invalides.org/, www.hgm.or.at/eng o http://www.sfhm.se/, porque franceses, austríacos o suecos también pueden enseñarnos mucho.
Querido Luis,
ResponderEliminarTampoco a mi me consuela el típico "Ya lo decía yo", por lo tanto, sólo nos queda ciscarnos en los muertos de nuestros políticos municipales.
Un asco
Felicitats. Tens tota la raó
ResponderEliminarHe subido hoy a la fortaleza. Me deprime. Comienza a tener aire de decorado vacío. Una carcasa sin encanto, sin pátina del tiempo. Aún recuerdo los cuerpos de guardia cuando era niño, y los centinelas en los cañones, y el museo, siempre vacío, que me dejaba embobado. La destrucción y desnaturalización ya son irreversibles. Este país no solo es "molt petit" sino que además es un enano mental que odia la cultura. La de verdad quiero decir (claro que si se trata de un poema de Jaume Mimó, naturalmente ya es otra cosa) Me da envidia cuando voy a otros países y al menos a un instituto le ponen Condorcet, o Diderot. Visca en Jordi Fraginals!
ResponderEliminarJosé Luis de Villabona-Maltés