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¿Un gap... zapo?

Según la RAE, un gazapo es un yerro que por inadvertencia deja escapar quien escribe o habla. Yo hago muchos gazapos. Este blog va lleno de gazapos, porque escribo tal como sale, porque pierdo poco tiempo en corregir, reflexionar y masticar lo que vomito con estas letras, y porque publico sin haber pasado por la censura y el cedazo de un editor, al que Dios bendiga. Así me va.

En un periódico puede perdonarse un gazapo aislado, pero de un tiempo a esta parte son tantos los gazapos que resulta más propio hablar de conejeras que de diarios. En las versiones digitales, es tal el desbarajuste que será mejor no mentarlo. No se salva nadie, ni el apuntador, y la cuestión va a más.

Un ejemplo, de hoy mismo. Copio el texto del señor José Antonio Zarzalejos, que hace las veces de analista político en La Vanguardia. Su artículo comienza así:

Las encuestas, la última del CIS dada a conocer el martes, sigue arrojando un gap importante entre el PSOE y el PP.

A ver, a ver... Las encuestas siguen, porque las encuestas son en plural.

Luego viene lo del gap. ¿No existen la distancia, la diferencia, el alejamiento, el espacio, el intervalo...? ¿Y tiene que acudirse al gap? Sé que es una voz aceptada por la RAE, pero...

En fin, queda la cosa en un gapzapo, que es un palabro recién inventado que no pasará de aquí, que mide la distancia entre el singular y el plural, pero también entre lo que se escribe y lo que nos gustaría leer o lo que es lo mismo, el abismo que nos separa de la literatura.

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