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¿Será casualidad?


Liberal, nacionalista, de centro e interclasista; así se define Unió Mallorquina, que es, mejor dicho, era, un partido en manos de delincuentes. De presuntos delincuentes, si nos ponemos finos. Quiero decir que mientras algunos de ellos ya arrastran condenas por diversas trapacerías, algunos otros todavía no han sido condenados formalmente, aunque toda la junta directiva del partido tiene más de una causa pendiente per cápita con la justicia, que podía ser tanto por cohecho como por evasión de impuestos, falsedad documental, soborno, malversación de fondos públicos, etcétera, con el telón de fondo de los chanchullos urbanísticos y la corrupción más descarada.

Hace un año, sumaba más de siete causas judiciales pendientes por corrupción cada cien concejales (la media nacional es de una causa cada cien). Eso no impedía que tanto las izquierdas como las derechas hicieran la vista gorda, incluso que favorecieran políticamente a los delincuentes, pues Unió Mallorquina era el partido bisagra en el Parlamento Balear y uno necesita pactar con el diablo para hacerse con el poder.

Unió Mallorquina se fundó en octubre de 1982. El 28 de febrero de 2011 era tal el número de causas pendientes y tan grandes las fianzas que tenía que pagar el partido, y tantos los dirigentes detenidos por la policía desde principios de año (docenas), que sus miembros han refundado el partido, con la intención (copio) de romper clara y profundamente con el pasado.

Por eso, nadie les niega el sentido del humor. Será una broma, será casualidad o será porque se sienten próximos, pero el nuevo partido se llamará Convergència de les Illes Balears. No sé cómo les habrá sentado la ocurrencia a los convergentes de la calle Córcega.

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