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El mal de arraigo

El Ayuntamiento de Reus ha aprobado una normativa que dice que, en las escuelas que de él dependan, sólo se repartirán becas de comedor para los niños de familias que no estén en paro y que lleven empadronadas en la ciudad un mínimo de dos años. Si usted no trabaja o acaba de trasladarse a Reus, y no le digo si padece ambos males, no tendrá derecho a que le ayuden a pagar la comida de sus niños.

Los responsables de esta resolución tan humanitaria son la regidora de Bienestar, doña Montserrat Vilella, y don Carles Pellicer, alcalde de Reus, que además presume de haber fijado un criterio pionero en Cataluña porque prima el factor de arraigo en el país. Aquí, visto lo visto, sólo arraiga un problema de racismo, que de pionero no tiene nada, y lo demás, cuentos.

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