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¿Por qué no predican con el ejemplo?

Siempre he dicho que si obligaran a los líderes patrios a pasar por el mismo aro que los ciudadanos, otro gallo nos cantaría. Pienso en lo bonito que sería que cualquier cargo público no pudieran acudir más que a la sanidad pública durante su mandato, sin privilegio alguno, y en la obligación de educar a sus hijos en escuelas públicas. Pero no en escuelas concertadas de élite, sino en las escuelas públicas públicas, las de verdad. Además, las de su barrio. Se crearía, sin embargo, un problema de acumulación. Por ejemplo, más del 90% de los diputados del Parlamento de Cataluña viven en Barcelona, en la zona alta (y cara) de Pedralbes y Sarriá (un 75%) y en el Ensanche. Se concentraría la descendencia de los líderes patrios en cuatro colegios, y no me gustaría ser del AMPA de uno de ellos. Sería conveniente, pues, que los líderes patrios estuvieran obligados a vivir allá donde recaudan votos, cada uno en su barrio o distrito electoral, pero eso sería entrar a trapo en reformas electorales, y los líderes patrios no están por la labor, que ya les está bien como está.

De hecho, sus señorías y excelencias destacan sobradamente por su confianza en lo público. Aparte de una jubilación muy interesante, que ellos se han guisado y sólo ellos comen, no yo, ni usted, la mayoría tienen contratados planes de jubilación y fondos de inversión, pagan una mutua médica privada y llevan a sus hijos a escuelas de pago.

En Cataluña, nueve de cada diez diputados (si no algunos más) no sufre la reducción de horas de clase por falta de presupuesto, ni listas de espera de meses (o años) para operarse de algo que duele mucho... En el fondo, eso de las retallades ni les va ni les viene, pues no sufren esos recortes de lo público en sus propias carnes. Suena demagógico, lo sé, pero les pido que reflexionen sobre este asunto ustedes mismos y lleguen a sus propias conclusiones.

El asunto se vuelve grotesco si uno explora un poco. Por ejemplo, andan todos revueltos por la inmersión lingüística. No diré ni que sí ni que no, no me interesa entrar en este trapo, no es el lugar, pero me pregunto por qué el modelo de inmersión lingüística se aplica en la escuela pública (la de los pobres) y no en la escuela privada (la de nuestros líderes patrios y de la gente con posibles).

El antiguo presidente Montilla, PSC, lleva a sus hijas al Colegio Alemán (Deutsche Schule), con un coste de casi 6.000 al año por hija. El Colegio Alemán no practica la inmersión lingüísitica, sino que reparte sus clases entre el castellano, el catalán, el alemán (como era de suponer) y otro idioma extranjero (inglés). Las lenguas vehiculares son más de una.

El actual presidente Mas, CiU, lleva a sus hijos al colegio del que fue alumno, la Aula Escola Europea, cuya fundación preside ahora mismo el presidente del Grupo Planeta, el señor Lara Bosch. Este colegio presume de repartir sus clases entre catalán y castellano hasta secundaria, considera a las dos como lenguas vehiculares y luego se añade primero el francés y después el inglés en algunas asignaturas, para no limitarse a lo patrio. Así lo dice clarísimamente en su sitio web y así lo predicó como conveniente en su día su fundador, Pere Ribera. Añado que, por su método pedagógico, uso de varias lenguas vehiculares y modelo de escuela, fue obsequiado con la Creu de Sant Jordi.

Si usted es partidario de la inmersión lingüística, ¿por qué no educa a sus hijos en ella? ¿Por qué condecora a quien no la aplica? Si no es partidario, a los hechos me remito, ¿por qué la defiende? ¿Por qué lo que es bueno para unos no lo es para los otros? ¿Dónde está la trampa? Qué malo soy.

1 comentario:

  1. Si para ti no es el lugar adecuado, yo sí lo considero: estoy absoluta y totalmente en contra de la inmersión lingüística, es un mal método y condena a los niños a expresarse mal en ambos idiomas (por mucho que recurran a estadísticas y demás, a los hechos me remito y, si no lo crees así, mira sólo a tu alrededor en la oficina). Un modelo equilibrado, con inglés incluido desde el principio, es el más adecuado y así lo piensan en la intimidad todos los que nos gobiernan (aunque cacareen rabiosamente lo contrario), por eso lo aplican a sus vástagos. Su actitud responde únicamente a que, de este modo, perpetúan sus privilegios y los de sus hijos ofreciéndoles la mejor formación y condenando a los demás niños a la ignorancia. Ahora bien, si la masa – siempre abyecta – aplaude con las orejas su condena al servilismo, ¡con su pan se lo coman! Por mi parte, tras años de actuar y predicar en el desierto, ahora callo, trabajo y ahorro sólo para salvar a mis hijos de esta condena injusta y, por suerte, irán a una escuela totalmente privada donde aprenderán los tres idiomas por igual, sin uno más “vehicular” que otro y, sobre todo, sin cargar sobre sus espaldas la responsabilidad del futuro de un idioma que, guste o no, pinta poco en la escena internacional aunque enriquezca definitivamente nuestro espíritu gracias a Pla, Espriu, Sagarra, Verdaguer y tantos otros.

    He dicho

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