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Banca Catalana - Los primeros indicios del descalabro

Hay que recordar que en los años setenta, los poderes del Banco de España eran muy limitados. No disponía ni de los medios ni de una legislación que le permitiese controlar el sistema bancario español. No podía realizar inspecciones, ni intervenir un banco. Esos poderes de control y regulación del sistema bancario vendrían poco a poco, con cuentagotas, en una época donde quebraron no menos de treinta y cinco bancos.

En el mismo caso se encontraba la Fiscalía General del Estado y la justicia en general delante de los delitos económicos y la legislación española.

Banca Catalana navegaba en el agitado mar de las finanzas cargada con 21.200 millones de euros procedentes de los ahorros de los catalanes sin el faro ni la brújula de un control efectivo de sus finanzas. Lo que es peor, navegaba con una importante vía de agua.

La mayoría de los expertos en el sistema financiero afirman que Banca Catalana fue intervenida demasiado tarde y que podría haberse evitado el descalabro si los gobiernos de la UCD y el PSOE hubieran autorizado esa intervención unos años antes. Pero tanto unos como otros temían la lectura política del problema financiero. Ese fue el gran error.

La gran expansión de Banca Catalana se explica por la bola de nieve crediticia que iba creciendo, creciendo, creciendo... Para entendernos, dejaban dinero a sociedades instrumentales para comprar bancos que tenían pérdidas, y nunca cobraba los intereses, aunque se contabilizaban como ingresos. Cuando la cosa se ponía fea, concedían otro crédito mayor, que incluía los intereses no pagados, y vuelta a empezar. Ese dinero que no existía se contabilizaba como ingreso y luego se repartían los dividendos.

Como ven, las situaciones irregulares fueron la norma de la contabilidad de Banca Catalana y Banca Catalana crecía desmesuradamente, creyendo que si huía p'alante, la crisis no la pillaría. Hay que arriesgar, era el lema del vicepresidente ejecutivo que diseñó el plan financiero, Jordi Pujol, que centró todos sus esfuerzos en la banca industrial y las promociones inmobiliarias.

En 1978, el Banco de España se hizo con las competencias de supervisión del sistema bancario.

En 1979, el Banco de España recibió las primeras señales de alarma. Entonces intervino La Caixa, que se hizo con un 7% de Banca Catalana. El riesgo financiero de La Caixa se disparó, pero Banca Catalana tuvo dinero para pagar los intereses de su deuda... o eso se creyó entonces.

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