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El orín del olvido

Hace un tiempo dediqué un apunte de El cuaderno de Luis a una estatua de Marés con una curiosa historia a sus espaldas. Lo titulé La Niké republicana, y pueden recordarlo, si quieren, haciendo un clic en el enlace que les he dejado antes. Se dijo entonces que la Victoria de Marés, que era en verdad una república disfrazada, entraría a formar parte del Museo de Historia de la Ciudad, pues era una escultura de mucho mérito.

Hoy, La Vanguardia publica una fotografía en la portada (de la que copio un trozo) que nos dice adónde ha ido a parar la república victoriosa, o la victoria republicana, de Marés. Ha ido directa al almacén, donde no se encontrará sola, pues, dice el periódico, la acompañan treinta mil piezas más de toda clase y tamaño, desde instrumentos de piedra del Neolítico hasta pinturas contemporáneas. Todo amontonado y catalogado, enterrado en una anónima nave industrial de la Zona Franca, cubriéndose con el orín del olvido y la desidia.

Treinta mil piezas... ¿No les pica la curiosidad?

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