«Soy más cachondo de lo que parezco», declaró don José Antonio

Ante este concierto improvisado, don Artur Mas, líder patrio, exclamó, lleno de profunda y sincera admiración: És el nostre timbaler del Bruc! (¡Es nuestro tambor del Bruc!). Presente en el momento del piropo, don José Antonio declaró: Soy más cachondo de lo que parezco.

Esta gente ¿fuma, bebe o comparte ambos vicios simultáneamente?

El relato asegura que don José Antonio tocó tres veces, tres, la batería ante el público presente. Los fervorosos aplausos del público sólo pueden explicarse por un alto grado de intoxicación etílica o por el consumo de sustancias estupefacientes. Cabe la posibilidad (remota) que la batería sea un instrumento típico del pintoresco panorama musical patrio y nosotros, incultos, todavía no nos hemos enterado. No sé explicarme el porqué de los aplausos, pero también provoca jolgorio entre las clases bajas el escarnio del tonto del pueblo y quizá una cosa tenga relación con la otra.

El fenómeno merece conocer algunos detalles más. Se dice que la señora de este caballero le regaló una batería para celebrar sus bodas de plata. Los vecinos están muy agradecidos a la señora de don José Antonio, especialmente cuando su marido está presente y se entretiene con las baquetas a altas horas de la noche.

Sea por lo que fuere, don José Antonio, presente en un acto electoral de las juventudes nacionalistas, le echó el ojo a los timbales y le pudo el frenesí. Unos diarios dicen que se volvió rockero, los más estirados apuntan al jazz, los más entendidos se niegan a compararlo con Kruppa y la gente honesta cierra la boca por no dejar que las ofensas alcen el vuelo.

Un horror. El espeluznante suceso acaeció a las diez de la noche del octavo día de noviembre del presente año, en la sala de la antigua fábrica de Fabra y Coats, en Barcelona. Esto marca para toda una vida.

Fuentes de la oposición han afirmado... No, no digo lo que han afirmado, que pueden haber niños leyendo esto. Algo de tocar la gaita, creo.