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Decencia médica

El médico echó un jarro de agua fría sobre la señora Barbero. Tenía una deformación en los pies que, si quería seguir caminando, tenía que operarse urgentemente. Pero, ay, la lista de espera en ese tipo de intervención quirúrgica iba ya para tres años y ya se sabe, que tal como está la sanidad hoy en día... La señora Barbero tiene 84 años, que no son pocos, y tres años en semejante condición, sin poder caminar y padeciendo dolores... En fin, un drama.

El médico, el doctor don Jorge Serrano, tuvo que darle la razón al hijo de la señora Barbero cuando exclamó que, a ese paso, iba a visitar antes el cementerio que el quirófano. El hijo estaba, con razón, contrariado, irritado. Don Anastasio, el hijo de la señora Barrera, veía cómo se arruinaba la calidad de vida de su madre por culpa de los recortes en la sanidad pública. El doctor Serrano, también lo veía, cómo no lo iba a ver.

Así que el médico optó por proponer a don Anastasio una solución drástica. Si don Anastasio conseguía un quirófano, él, el doctor Serrano, operaría a su madre sin cobrarle un duro. En el Parc Taulí, el hospital público de Sabadell, no iba a poder ser.

Don Anastasio acudió a la prensa para agradecer públicamente el gesto del doctor Serrano. Su historia la publicó El País hace unos días. La historia acaba más o menos bien, porque don Anastasio y sus dos hermanos pudieron reunir 1.200 euros y reservar un quirófano en la Clínica del Vallès (privada). Avisado el doctor, acudió con presteza y bisturíes y arregló como pudo los pies de la señora Barbero, que ha solventado en gran parte los problemas que le ocasionaba esa deformidad y puede seguir caminando, a su edad, lo que es mucho. El doctor Serrano cumplió su palabra y no cobró un duro a la familia.

Cuando el reportero de El País pregunta al médico, éste resta importancia al asunto, pero recuerda que no todos pueden pagar un quirófano. El doctor Serrano se lamenta por tener que llegar a estos extremos, y niega que el suyo sea un caso especial. Muchos médicos se ofrecerían a operar gratis, recuerda, y de hecho, ante los cierres de los quirófanos de 2010 y 2011, muchos médicos se ofrecieron voluntarios para operar los casos más urgentes de forma gratuita. El conseller de Salud, don Baudilio, rechazó la oferta. Entre nosotros, le interesa más cargarse la sanidad pública que hacerla más eficiente.

Don Baudilio ha reducido un 12% el presupuesto de la salud pública en apenas un año. Los seis primeros meses de 2011, las listas de espera crecieron un 23%. En junio, setenta mil catalanes como la señora Barbero esperaban poder pasar por el quirófano. Las cifras sobre las listas de espera de finales de 2011 no se conocen, pero todo indica que el asunto se les ha escapado de las manos a los directivos de la sanidad pública y no sería extraño que al final las listas de espera se hubieran doblado en apenas un año.

Mientras don Baudilio manifiesta un comportamiento indecente, próximo a espurios intereses de grupos empresariales, muchos profesionales, médicos, enfermeras, auxiliares de clínica, hasta señoras de la limpieza, luchan día a día por ofrecernos lo mejor de sí, mal que pese a las autoridades.

Para todos ellos, un fuerte abrazo.

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