El señor don Garrett McNamara.
Que yo sepa, la marca todavía no ha sido oficialmente reconocida, pero ¿saben qué les digo? Que me da igual, porque viendo lo que hizo el señor don Garrett McNamara hay más que suficiente y de sobras para quedar pasmado, patidifuso, asustado y a la vez, maravillado.
El señor don Garrett McNamara es hawaiano, de las islas Hawái, y como todos los hawaianos, viste camisas de colores brillantes y practica el surf. El surf es un juego que consiste en esperar sentado a que venga una ola y cuando viene, subirse a una tabla y mantener el equilibrio justo encima mientras la ola le arrastra a uno. A la vista está que es un juego absurdo, pero precisamente cuanto más absurdo, más divertido.
Lo que sucede es que una cosa es subirse a las olas normalitas y otra lo que hace el señor don Garrett McNamara, que corre medio mundo para subirse a las olas más grandes que puedan darse. Éstas se dan en lugares míticos para los surfistas. Por ejemplo, en las Big Jaws de Hawái, que tienen fama de ser las más altas del mundo. Pero las de la playa de Nazaré, en Portugal, no se quedan atrás y compiten de tú a tú con las mejores olas de Hawái.
Perspectiva de la playa de Nazaré, en Portugal.
Lo sabe el señor don Garrett McNamara, que acude cada temporada de olas a Nazaré, para hacer el burro con la tabla de surf. En 2011 se quedó con una marca mundial surfista, al montar (se llama así) en una ola de 70 pies de altura. Eso son casi 24 metros de ola, vaya por Dios. Pero no se dio por satisfecho y hace unos días el señor don Garrett McNamara montó una ola de 100 pies de altura. Cien pies, que son treinta (30) metros.
El señor don Garrett McNamara montando una ola de treinta metros en Nazaré.
Las imágenes ponen los pelos de punta, ya les digo. La marca está por confirmar y el señor don Garrett McNamara se manifestó prudente delante de la prensa, que contempló la proeza y se quedó con cara de boniato. Prácticamente todo el mundo da por hecho que se batió la marca mundial, pero esperan a ver y no dicen ni que sí ni que no. En todo caso, el señor don Garrett McNamara ya ha escrito en las aguas una parte de la leyenda del surf.
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