El expresidente de Banca Catalana y de la Generalidad de Cataluña, don Jordi Pujol.
Lo dice la prensa, pero no en voz alta.
Por el solo hecho de haber sido presidente de la Generalidad de Cataluña, don Jordi Pujol y Soley recibe catorce pagas anuales de 6.173 euros brutos.
Con sus demás ingresos y rentas declaradas a Hacienda, más lo que no sabemos, es uno de los 7.000 españoles mayores de 65 años que disfrutan de una renta anual superior a los cien mil euros. Bastante superior, añado, de ser cierto lo que dicen.
Por esa misma razón, según la ley vigente, don Jordi Pujol tendría que pagar 1.864 euros al año para poder seguir disfrutando de la tarjeta sanitaria. La emisión del documento (la tarjeta sanitaria) y las gestiones las realiza la Comunidad Autónoma representando al Estado. En este caso, la Generalidad de Cataluña es la encargada de cobrar ese dinero y extender la tarjeta sanitaria. Pero se la ha retirado.
Porque don Jordi Pujol ha preferido ahorrarse los 1.864 euros al año y prescindir de los servicios que le ofrece la Seguridad Social. Ha dicho que no paga y ha decidido que no quiere depender de la sanidad pública. En consecuencia, le han retirado la tarjeta sanitaria.
Eso nos dice dos cosas, o más.
Una, que va sobrado de dineros y encima es un tacaño.
Dos, que ni confía en la sanidad pública ni le merece confianza lo que están haciendo con ella y por lo tanto, obra en consecuencia y se ahorra pagarla, porque él puede hacerlo (y nosotros, no), gracias a su nivel de renta.
Tres, que es una mezcla de uno y dos, que es de los que cree que por ser rico no tiene uno por qué pagar los hospitales de los pobres. Pues ¿qué se habrán creído?
Los hechos dicen más que las palabras, señor expresidente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario