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De lo que no se habla

Me permito copiar un artículo escrito por Antonio Muñoz Molina y publicado en su sitio web (un blog) el 16 de septiembre pasado (de 2013). Encontrarán el original en:

No espero que les guste, sólo espero que les dé en qué pensar. Lo que es yo, lo firmaba ahora mismo.

De lo que no se habla (16 de septiembre de 2013)

Da escalofrío entrar en los comentarios de los lectores a cualquier noticia o columna que tenga que ver con El Asunto. Y asombra que los periódicos, por ahorrar un dinerillo en filtros eficaces, permitan que bajo el amparo de sus páginas se difunda tanto odio, tanta ignorancia, tanta inmundicia. La ética y la estética de la pintada de retrete usurpando el debate, infectando el espacio público con un hedor de meadas y vómitos en mañana de sábado. Odiándose tanto, esos españolistas y antiespañolistas son exactamente iguales en su grosería, y se necesitan los unos a los otros como alimento mutuo de su mala leche.

Y mientras se gasta tanta furia y tanta saña en peleas identitarias que parecen exigir la eliminación del contrario no se discuten los problemas reales, lo cual es una gran ventaja para los explotadores y los corruptos. El otro día, en la primera página de la edición para Cataluña de El País, la noticia de que el Clínico de Barcelona reducía no sé cuántas camas y las desviaba a hospitales privados ocupaba la esquina menos visible: un pequeño recuadro abajo, a la izquierda. Todo lo demás estaba lleno de banderas.

La izquierda política le ha hecho en todos estos años un inmenso favor a la derecha y los dueños del mundo, olvidando la realidad de las clases sociales y la vindicación estricta de los derechos civiles para consagrarse a celebrar incondicionalmente  identidades colectivas exageradas o del todo ficticias. Mientras tanto, se agrandaba una desigualdad entre los seres humanos reales que no había existido desde antes de la Gran Depresión.

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