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El caso de la dama de blanco


El señor Collins, escritor de éxito.

William Wilkie Collins (1824-1889) fue un precursor de la literatura contemporánea; mejor dicho, de la industria del libro contemporánea. A tal punto que algunos (entre los que no me cuento) lo consideran creador del género de la novela policíaca, que adornaba con ingredientes que hacían las delicias del gran público. Ya saben: muchos misterios, unas gotas de relato terrorífico y fantástico, fuertes dosis de melodrama y una cuidadosa atención a los detalles. Plantea emociones fuertes e instantáneas más que una semilla que fructificará con el agua de la reflexión. Creó escuela, no hay ni que decirlo.

La edición de Penguin Classics de la novela.
En inglés, que es la versión original. 

Su obra Woman in White (La mujer de blanco, o La dama de blanco, según el traductor), escrita en 1859, es una de sus novelas más famosas. A decir verdad, es un folletín, porque se publicó primero por capítulos y luego, entera, en 1860, una práctica muy de su época. Dicen que Woman in White es de las primeras sensation novel, que es como los ingleses llaman a este género melondramático, fantástico, misterioso y tal. Se vendió como rosquillas.

Ahora surge la leyenda. Entre los editores y los publicistas, el caso de la dama de blanco es un mito fundacional. Dicen que un librero de Londres tuvo el libro entre sus manos y se preguntó qué hacer con él. Esto es lo que hizo.

Ahora, como hace un siglo, seguimos contemplando los escaparates de las librerías.

Puso un atril en el escaparate y mostró el libro. La dama de blanco. Al día siguiente, sin moverlo del escaparate, lo abrió por la primera página. Era el último día de julio... Al día siguiente, pasó página y mostró las dos páginas siguientes. Así, día a día, iba pasando página, una a una, y mostrando la novela al público. El público se paraba a ver el escaparate, leía lo mostrado, seguía su camino. A los pocos días, se congregaban multitudes delante del escaparate, preguntándose cómo seguía la historia. Al final, los lectores entraron en tropel a comprar el libro, pues querían saber qué iba a ocurrir a continuación sin tener que esperar al día siguiente. La dama de blanco fue un éxito de ventas gracias a la astucia del librero (y al texto, naturalmente).

Esta historia ¿es cierta? Pues ¿qué más da? Así la cuentan, así la cuento.

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