Algunas observaciones me dejan patidifuso. Una de ellas, que las capas más bajas de la cultura no están cubiertas en catalán (sic). Dice tal cosa doña Patricia Gabancho, una argentina afincada en Cataluña, que pronostica que, si no ponemos remedio a este asunto tan peliagudo, nuestra cultura milenaria desaparecerá en un par de generaciones. La cultura milenaria a la que se refiere es la catalana, no la argentina, aunque todo pudiera ser.
Belén Esteban, símbolo hispánico y reina del cutrerío hortera.
También, de las capas más bajas de la cultura catalana.
Por las capas más bajas de la cultura entiende algo tan cutre como que los catalanes no tenemos una Belén Esteban que hable con acento de Olot y diga Òndia! Cagun l'olla! en vez de ¡Vete a j... a tu p... madre! Esa carencia, a juicio de doña Patricia, puede acabar con (lo que queda de) la cultura catalana en un par de generaciones, insiste. ¡El caso es gravísimo! Alarmante. La señora lo dice y lo deja por escrito en El preu de ser catalans (2009). Eso es lo que me deja patidifuso.
No tendría que asustarme tanto. A fin de cuentas, doña Patricia es una cebolluda sobrevenida y subvencionada y una de las más entusiastas asistentes a las jornadas del Institut Nova Història. Con eso está todo dicho. Es un personaje que se crea y se recrea a partir de tertulias à la catalana, donde todos piensan lo mismo y cobran todos del señor Godó. La oquedad de la mayoría de los argumentos de doña Patricia (y demás tertulianos) se sostienen con la cáscara del tópico, pero lo de las capas más bajas de la cultura catalana... De verdad que eso me ha asombrado. Es original.
Tertulianos à la catalana. La argentina de la izquierda es doña Patricia.
Son siempre los mismos hablando de lo mismo y diciendo las mismas cosas, sempiternos, incombustibles.
¿No? No sólo no existen, sino que los catalanes somos los principales productores y consumidores de basura televisiva y del corazón de toda España. El cutrerío hortera hispano nace en Barcelona y se vende al por mayor. De hecho, si mañana desapareciera Cataluña del mapa de España, los españoles se quedarían sin telebasura y sin revistas del corazón y la industria audiovisual catalana se arruinaría en un par de días, porque viven de eso.
Las estrellas mediáticas de la industria cultural catalana.
Preocupa muchisimo al nacionalismo que Belén Esteban no sea catalana.
Mientras todos estos personajes se preocupan por las capas más bajas de la cultura catalana, las capas que están por encima agonizan. El presidente de Banca Catalana y posteriormente de la Generalidad de Cataluña, don Jordi Pujol, hizo todo lo que pudo para desterrar del país cualquier cosa relacionada con el pensamiento crítico, la creatividad o la inteligencia. Casi lo consigue, el daño que hizo ha sido enorme y ahora pagamos las consecuencias.
Sus sucesores todos se han sumado a la fiesta y la cultura en Cataluña, incluyendo la cultura catalana en catalán, ha quedado reducida al provincianismo y el folclore. A tal punto está mal, tan mal, que doña Patricia se considera socia de la inteligentsia catalana. Qué mal me lo ponen.
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