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Christopher Lee (1922-2015)


Está usted en una casa aislada en medio del campo. Ha caído la noche, estalla una tormenta con un gran aparato eléctrico y se va la luz. En medio de semejante pandemonio, que parece que se acaba el mundo, llaman a la puerta de la casa. Acude con la única luz de una bujía, abre la puerta y ¿a quién se encuentra? A un tipo alto, pálido, vestido de gala y envuelto en una capa que le pide permiso para entrar.

Les dí un susto de muerte, recordaba Christopher Lee. De camino a una gala benéfica, se me averió el automóvil y busqué un teléfono para pedir que vinieran a buscarme. Vi una casa cerca de la carretera, me acerqué a ella, llamé a la puerta... Lee hizo una pausa dramática antes de añadir: El dueño, al verme, se asustó y salió corriendo, gritando: ¡Drácula! ¡Drácula!

En su papel de Drácula, en 1958.

Christopher Lee explicaba esta historia con mucha guasa. Le sucedió en Italia en los años sesenta, cuando su imagen era inseparable de la imagen del príncipe de los vampiros. Hizo unas veinte películas haciendo de Drácula, y en total, unas doscientas cincuenta películas como actor. Muchas, malas, pero no importa, porque se convirtió en un icono cinematográfico. La serie B también tiene sus héroes y él es uno de ellos, indiscutible.

El éxito lo debe a las películas de miedo de la productora británica Hammer, aunque había interpretado algunos secundarios en películas de Hollywood. Su primer papel protagonista fue de criatura de Frankenstein en La maldición de Frankenstein (1957), con un monstruo completamente diferente al que había interpretado Boris Karloff. El de Karloff era más inofensivo y el de Lee, peor intencionado. Su primer gran éxito fue poco después, con su Drácula (1958), el papel que lo catapultó a la fama.

Sólo hay un Drácula comparable, el de Lugosi, pero recuerden que Lugosi acabó chiflado, durmiendo en un féretro, evitando el día. Lee, en cambio, era un tipo bastante normal, muy culto y educado, que no ocultaba un sentido del humor avisado y un tanto gamberro. Hablaba más de ocho lenguas, era hijo de aristócratas por parte de padre (británico) y madre (italiana), había luchado como agente secreto durante la Segunda Guerra Mundial (y sus misiones siguen considerándose secretas), era también músico... En fin, un tipo muy interesante.

Lee haciendo de Francisco Scaramanga, un asesino de origen español que quiere matar a James Bond... y casi, casi lo consigue. A lo largo de su carrera, Lee interpretó a muchos personajes de origen español. Por ejemplo, en El hidalgo de los mares

Uno de los últimos papeles de Lee, el de Saruman, en la saga de El señor de los anillos.

Es de los pocos actores que ha participado en tres de las sagas más famosas de la historia del cine, y siempre haciendo de malo, en las películas de James Bond, las de Star Wars y las de El señor de los anillos, ahí es nada. Y en estas últimas dos sagas, el chaval ya tenía muchos años a cuestas, pero despertó la pasión del personal. También ha interpretado a Sherlock Holmes y al heredero de los Baskerville (pero no en la misma película), a Fu-Manchú, al Dr. Jeckill, a Rasputín... Su físico y su voz dejaron huella en todos estos personajes.


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