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¿Quién se ha chivado?


El otro día, La Vanguardia se colgó una medalla a la hora de provocar ruidos en el gallinero publicando los incidentes de la última reunión del gobierno (en funciones) de don Artur Mas. Sorprendió a todo el mundo esta primicia, porque, desde la encendida polémica sobre los calcetines de rombos, La Vanguardia no había publicado nada que valiera realmente la pena leer (con la excepción notabilísima de los artículos de don Gregorio Morán). El guirigay de la reunión de los consejeros fue la bomba. 

El artículo fue éste, publicado el 30 de octubre:

¿Quién está detrás del chivatazo que puso en evidencia al (des)gobierno?

La noticia puso de los nervios a los procesionistas. Tan nerviosos se pusieron todos que comenzaron a negar lo evidente y acto seguido, inmediatamente, a buscar culpables. Si uno suelta a los perros para descubrir quién se ha chivado, con tanto ruido y aparato, afirma categóricamente y sin duda alguna que, en efecto, hay tensiones evidentes alrededor de don Artur Mas, que no son menores y que están todos a la que salta la liebre para entrar a degüello y acuchillarse los unos a los otros sin compasión. El clima de desconfianza, mala sangre, frustración y miedo se palpa en el ambiente de la tresporcientista y procesionista CDC. Sin don Artur Mas, mueren. Con él, también, y eso jode.

El Astuto Timonel no dio la cara (si no la da por el tres por ciento, la dará por esto), pero dejó dichas unas palabras para que se transmitieran al pueblo. Desde lo más alto de su mesiánico podio manifestó que le habían dado un disgusto muy serio chivándose a los periódicos. La palabra que subrayaron los periódicos fue disgusto. ¡A quién se le ocurre disgustar a don Artur Mas! Qué mala gente camina por el mundo, Dios. 

El disgusto fue transmitido por la portavocía el (des)gobierno. Esas filtraciones, añadió la vocera, iban a ser erradicadas. De hecho, la portavoz del gobierno (provisional) dijo que los debates en las reuniones de los consejeros iban a hacerse de diferente manera (sic) para evitar filtraciones, añadiendo que habrá que afrontar estas cuestiones de la manera más positiva posible para poder trabajar con total normalidad. ¿Cómo? ¿De qué otra manera podrá expresar un consejero su opinión que abriendo la boca? ¿Aplaudiendo? ¿Silbando? En palabras claras y distintas y que se entienda, la portavocía lanzó una amenaza al chivato y dijo que quien discuta el capricho del Astuto Timonel será un traidor a la causa y punto pelota. 

El señor Homs, hoy candidato a dirigir el procesionismo en las Cortes Españolas (¡cómo nos vamos a reír!) y ayer portavoz del Gobierno de los Mejores, personaje circense y estrella del esperpento, y por ello mismo líder patrio procesionista y próximo al Astuto Timonel, persona de ideas demasiado pequeñas para una boca tan grande, se dejó de circunloquios y lo dijo claro, clarito: Si pillo al que se ha chivado, lo echo a la puta calle. No exactamente así, pero se le entendió perfectamente.

Exclusiva de El cuaderno de Luis
Consejero escondido en el váter del palacio de la Generalidad chivándose a La Vanguardia.

Pidió que lo entrevistaran al día siguiente de publicarse la noticia en Catalunya Ràdio, que emite los partes del Movimiento Procesionista, y el tipo se soltó, como es su costumbre. Si (se) descubriera quién ha sido, habría que destituirlo inmediatamente, dijo. Se le notaba nervioso y cabreado.

También relató que se había comenzado a investigar el origen de la filtración, sin demasiado éxito. He preguntado uno a uno a todos los miembros del gobierno, explicó el inefable señor Homs, pero ninguno de ellos ha reconocido ser la fuente de la información publicada. Y, claro, si nadie confiesa, ¿cómo quieren que demos con el culpable? El chivato es tan malvado que ni siquiera colabora en la investigación. ¡Qué villano tan deleznable!

Yo apunto una tesis, señor Homs y lectores todos, y creo que es la más pausible, y ahí la dejo, para que la investiguen a gusto. No se chivó un consejero, sino que se chivó todo el que pudo. ¡Tonto el último! A decir verdad, corrieron todos al primer teléfono que encontraron para largar lo jodido que está poniéndose todo este asunto. El pánico provoca estas reacciones, las he visto y lo sé muy bien, y no me extrañaría nada que ahí arriba, en las cloacas del poder patrio, el pánico esté haciendo estragos.

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