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Caravage à Rome - Amis et Ennemis (VII)


Después de los primeros pasos del pintor en Roma, de la presentación de sus maestros, conocidos y adversarios y de una reflexión alrededor del Tañedor de laúd y Judith decapitando a Holofernes, llega un Caravaggio más revolucionario, si cabe. Y llega de la mano de un San Juan Bautista.


No quiero alargarme comentando la obra. Baste decir que la figura está inspirada, emula, imita u homenajea a la de un ignudi de la Capilla Sixtina. Pero el fornido hombretón que pintara el Michelangelo Buonarroti es ahora un niño en manos del Michelangelo Merisi, y tiene un nombre, Cecco. El lienzo es tanto un reconocimiento al genio del Renacimiento como una señal que marca una profunda distancia entre un Michelangelo y el otro. Caravaggio se mueve en otro mundo y lo anuncia a los cuatro vientos.




El lienzo se puede admirar normalmente en la Pinacoteca Capitolina, en Roma.



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