Una conocida ha entrado a trabajar en la famosa librería Documenta, de Barcelona. Pasé un día a ver libros y me la encontré. Me puso un librito en la mano y me dijo: Éste te gustará. Para convencerme, me ordenó empezar a leer la primera página. Decía:
«Me llamo Czeslaw Pzęśnicki, soy un miserable inmigrante de la Europa del Este y un escritor fracasado, hace tiempo que no mantengo relaciones sexuales y estoy ingresado en un manicomio en Bélgica, un país que lleva un año sin gobierno».
Ahí mismo, sin pensármelo dos veces, compré Los palimpsestos, de Aleksandra Lun, que edita Minúscula. Aunque la autora es polaca, vive en Bélgica y trabaja como traductora de varias lenguas (o precisamente por eso), Los palimpsestos está escrita en español. Digo lo dicho porque si leen esta maravillosa novelita (uso el diminutivo con cariño), entenderán por qué lo digo.
Es un texto escrito con mucha guasa y sentido del humor. Pero es también una gran obra. Eso quiere decir que el humor te pone delante de asuntos muy serios, que la carcajada o la sonrisa viene seguida de reflexión y deja el regusto de habérselas con una gran escritora. Porque Aleksandra Lun cuestiona si los autores tienen patria que no sea la escritura, si el arte conoce fronteras, si éstas vienen marcadas por la lengua, nos pregunta por la identidad y la confronta con cierta idea de identidad, la de aquéllos que hacen de las banderas su patria, etcétera, y lo hace de forma, ya digo, divertida y bellísima.
Es una obra muy recomendable, mucho. Léanla.
la verdad que dan ganas de leerla por esa intro y por tu entrada ja... saludos...
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