Estos días, se están haciendo públicas las escuchas telefónicas de unas conversaciones en las que participan grandes protagonistas del procesismo, que provocan sonrojo y vergüenza, cuando no una profunda irritación. Así, por ejemplo, el señor Madí y el señor Vendrell aprovechan la epidemia para hacer negocio y enriquecerse a costa del erario público, sin que parezca importarles demasiado que muera gente. Son tantas, tan sonadas y tan gordas las cosas que se dicen que no comprendo cómo no se ha desatado una verdadera tempestad política y no se arrastra por la calle la efigie de tan nefastos personajes. ¿Cómo puede nadie dar crédito a partidos que amparan una mafia de tal calibre?
Sin embargo, ha sido una conversación grabada el pasado 22 de septiembre (hace nada, como quien dice) la que me ha hecho reír, quizá por no llorar. Hablan el señor Vendrell y Eduard Voltas, tertuliano procesista y supuesto periodista. Han sido socios en algún tejemaneje político, pero de repente hablan del libro Tornarem a vèncer (Volveremos a vencer) de Oriol Junqueras y Marta Rovira. El señor Vendrell recomienda el libro a todo aquel que no tenga clara la hoja de ruta (hacia la independencia), pero entonces salta el señor Voltas.
El señor Voltas se apresura a decir que ha levantado un muro de silencio (sic) alrededor de ese libro, porque quedaría como el culo (sic) si se supiera que él lo ha escrito. En particular, dice que quedaría como el culo como opinador y analista si se supiera que ha hecho de negro de unos políticos. Añade que dos o tres personas, con nombre y apellidos, ya han preguntado a su editorial por quién ha escrito el libro, o si lo ha escrito él, y él lo ha negado dos veces y lo volvería a negar, que Marta Rovira ha dado instrucciones de un silencio absoluto (sic) y que aunque salga esta conversación grabada también lo negará (sic).
Cuántas cosas se deducen de esto. Ninguna buena.
La primera, que Junqueras, historiador y profesor de universidad, recuerden, y Marta Rovira, que se licenció en Derecho y Ciencias Políticas, con todo el tiempo libre que tienen, han sido incapaces de escribir un panfleto de menos de cien páginas donde resumen su proyecto. Cien páginas, que tocan a cincuenta cada uno.
La segunda, que el negro que eso ha escrito se niega a reconocer su autoría por miedo a perder sus prebendas como tertuliano. Cuánta hipocresía. El señor Voltas cobró 10.000 euros en 2019 por participar en las tertulias del canal 3/24 de la CCMA, por ejemplo, y ya sabemos todos lo que va a decir antes de que abra la boca. Su labor de opinador y analista es la de un loro, la voz de su amo. Pero, eso dice, teme perder esa fuente de ingresos en la televisión, la radio y los periódicos procesistas. ¿Por qué? ¿Tan malo es lo que ha escrito? Por lo que él mismo dice, ya corre la voz de que él ha sido quien ha perpetrado ese panfleto. Y ahora ni les cuento lo que va a correr la voz, con la grabación publicada... Es un temor infundado: quien escribió las memorias del señor Pujol salió en numerosas tertulias sin menoscabo alguno a su caché. Pero él sabrá a qué tiene miedo.
La imagen de los protagonistas de la historia reciente de la política catalana no puede ser más lamentable. Qué futuro estamos dejando de la mano de esta gente, rediós.
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