Médicos o futbolistas, ustedes mismos


El coste medio de un trabajador de TV3 es superior a los 66.000 euros al año, un 16% superior al de cualquier otra televisión pública. La plantilla suma casi cuatro mil empleados y es la más numerosa de todas las televisiones autonómicas. Nos cuesta más de cuatrocientos millones de euros al año, y acumula pérdidas de casi trescientos millones en cada balance anual. En 2007, el Gobierno de la Generalidad de Cataluña asumió una deuda de TV3 de más de 750 millones de euros, para dejar las cuentas a cero y volver a empezar. Fue a peor. En 2009, el Gobierno de la Generalidad de Cataluña subvencionó su televisión con 305 millones de euros, para soportar los costes financieros de su deuda. En 2010, con 330 millones de euros.

La audiencia de TV3 está alrededor del 14%, y bajando.

Mientras tanto, y me remito a datos oficiales, el gasto público en sanidad en Cataluña con relación al PIB apenas ha crecido cinco décimas los últimos diez años, quedando cerca del 5,3% del PIB. Eso es muy por debajo de la media europea, y por debajo de la media española. En pocas palabras, en diez años de riqueza no se ha mejorado la sanidad pública ni un poco así, ni se ha previsto mejorarla cuando la demanda sanitaria ha crecido significativamente (cerca de un 54%).

Ahora que pintan bastos, el inefable, oficialmente honorable, señor don Boi Ruiz, antes don Baudilio y presidente de la Unión Catalana de Hospitales (la patronal de la sanidad privada catalana) y hoy flamante conseller de Sanidad, propone un plan de austeridad para la sanidad pública catalana. Quiere reducirla. Entre otras cosas, quiere reducir un 5% la plantilla y los gastos de personal de los hospitales públicos. También pretende dejar de construir hospitales y, atención, prescindir de los convenios con los centros concertados, lo que incrementará las listas de espera (todavía más). Así, según palabras de don Baudilio, los ciudadanos acudirán a las mutuas privadas y reducirán la demanda del sistema sanitario público (sic).

No hay ni que decir que los antiguos camaradas de don Baudilio, los directivos de la Unión Catalana de Hospitales, lo han felicitado por su sabia elección, aunque 2.000 de los 2.800 médicos de los grandes hospitales públicos catalanes hayan firmado un manifiesto donde avisan de la pérdida de calidad del sistema sanitario catalán por culpa de éstas y otras medidas de austeridad. Los médicos señalan el lastre de una excesiva burocratización provocada por multitud de mandos intermedios e inútiles (en muchos sentidos). Gran parte de la carencia de medios podría evitarse con una mejor gestión, dicen, y muchos expertos les dan la razón.

Don Baudilio pretende ahorrar 280 millones de euros al año en Sanidad con su plan de austeridad, ése que mantiene directivos en sus puestos y echa médicos a la calle. Mientras tanto, el gobierno al que pertenece acaba de inaugurar un nuevo canal de TV3, ésa que pierde trescientos millones, o más, cada año que pasa. Gracias a este nuevo canal podremos ver fútbol a todas horas y gozarnos con ello. En medio de este colmo del despropósito surge don Ferran Mascarell, otro que tal, y manifiesta que pretende fichar a Guardiola como representante de la cultura catalana. El público aplaude con las orejas y la prensa se deshace en elogios.

Manda güevos.

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