Los cuadernos de El cuaderno de Luis


Siempre he dibujado, pero cuando comenzó la epidemia y tuvimos que quedarnos confinados en casa, intenté superar el aburrimiento y la tensión con el buen humor. Así que, cada mañana, me impuse hacer un dibujo humorístico sobre mí mismo. Un buen día, empecé a fotografiarlos y subirlos en Twitter. 

Luego abrí una cuenta de Instagram. Todavía no sé muy bien cómo funciona. Pero empecé a enseñar esos dibujos ahí mismo. Por si les interesa verlos, mi cuenta es:

De repente me he preguntado por qué no pongo los dibujos que hago en mis cuadernos en El cuaderno de Luis. He decidido poner remedio a este fallo. 

Antes, sin embargo, les mostraré algunos de los dibujos que he hecho durante estos días.

El más antiguo que conservo en fotografía, del 28 de marzo.
Zafarrancho de limpieza en pleno confinamiento.

La naturaleza seguía su curso, en pleno confinamiento.

Poco a poco, las galletitas adquieren protagonismo como personaje.
También suceden cosas cuando uno está confinado.

En efecto, las galletitas son ya imprescindibles.

Abandoné los rotuladores y me pasé a la tinta. 
Me encanta dibujar con pluma y plumilla, pero tiene su qué.

El arte asoma de vez en cuando.

Suceden cosas muy curiosas en la vida cotidiana.

Creo que es uno de mis mejores dibujos.

La noticia del año fue la del cocodrilo del Pisuerga.
Pronto se sumó a mis dibujos.

Aquí el cocodrilo del Pisuerga, y las galletitas.

Los vecinos tienen sus aficiones musicales.

Creo que las galletitas y el cocodrilo del Pisuerga han venido para quedarse.

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