En este caso, algunos detalles sobre el incendio de la torre L de Friedrichshain dan en qué pensar. Cierto que el incendio fue, casi con total seguridad, no premeditado, pero...
El 5 de mayo de 1945, la torre seguía intacta. Al día siguiente, el fuego ya había arrasado la Leitturm Friedrichshain. Días después, hubo más incendios menores. No puede asegurarse exactamente cuántos, ni siquiera cuándo, arrasaron la torre.
La literatura oficial soviética acusó a los conservadores del Kaiser Friedrich Museum de haberlos provocado, y los conservadores del Kaiser Friedrich Museum han acusado directamente a la soldadesca soviética. El profesor Kümmel, director de los museos de Prusia durante la Segunda Guerra Mundial, acusó a los nazis, aunque es posible que lo hiciera para sacarse las pulgas de encima en un proceso de desnacificación. Kümmel fue uno de los artífices del saqueo sistemático de los bienes culturales europeos que llevaron a cabo los nazis y trabajó muy a gusto con ellos hasta que perdieron la guerra. Es un testimonio del que no puede fiarse uno.
Howard, un oficial de la MFAA en Berlín, visitó varias veces la torre de Friedrichshain y dejó por escrito que es imposible sacar nada en claro en medio de tanta confusión. Norris, otro oficial de la MFAA y luego investigador del desastre, tampoco se atreve a decir quién fue o qué pasó.
La torre L de Humboldthain, idéntica a la de Friedrichshain.
Observen, en el tejado, a la izquierda, el radar (un Rheinland A, quizá) y un telémetro, a la derecha (seguramente, un Kommandogerät 40).
Dado todo por perdido, la torre fue abandonada a su suerte. Quedó bajo administración soviética en verano de 1945, aunque los americanos siguieron visitando la torre hasta bien entrado otoño. A decir de todos ellos, la encontraron siempre sin guardia y nunca tuvieron problemas para entrar o salir de ella. No fueron pocos los que aprovecharon estas visitas para llevarse algunas algunas antigüedades consigo, recogidas entre las cenizas. Desde entonces, a lo largo de todos estos años, algunas han sido devueltas a las autoridades alemanas. Otras, no.
A finales de junio de 1945, llegó a Berlin un personaje ilustre, que tendría en adelante una estrecha relación con los depósitos de Friedrichshain. Venía recomendado por Lázarev, del Comité de las Artes, y era historiador, arqueólogo y profesor de la Universidad Estatal de Moscú. Me refiero a Vladimir Blavatsky, de ahora en adelante teniente coronel y responsable ante el Comité de las Artes de los depósitos de Friedrichshain.
Blavatsky inspeccionó el interior de la torre a principios de julio de 1945, acompañado por el restaurador Ivánov-Júronov y unos cuantos zapadores. Todavía entonces se creía que los alemanes habían minado los ocho sótanos del búnker y ésa era una de las razones que hacían que los rusos no se acercaran demasiado.
Blavatsky hizo de la torre antiaérea un símil de yacimiento arqueológico y seis meses más tarde inició las excavaciones. Resultó que pudo rescatar muchos vasos y esculturas, que fueron a parar todas al Museo Pushkin, en Moscú, y todavía siguen allí. Pero ¿qué rescató? No se sabe a ciencia cierta. Los inventarios, informes y catálogos que redactaron los rusos se perdieron en las estufas del museo Pushkin, porque el invierno en Rusia es muy frío. A nadie le interesaban esos viejos papeles. No se conservan más que catálogos parciales de las excavaciones en Friedrichshain.
Mientras tanto, aparece un personaje misterioso en la escena del crimen, vamos a llamarla así. Hablo del llamado conde Kamensky, un personaje singular que tenía un comerció de antigüedades en el número 3 de Teltower Damm, en la zona administrada por los soviéticos. Contaba con un permiso especial del Ministerio Soviético de Comercio Exterior y anunciaba en toda la ciudad que compraba a buen precio toda clase de objetos artísticos. Los oficiales de la MFAA aliada sospechaban que trabajaba para SMERSH, el servicio ruso de espionaje.
La cuestión es que en febrero de 1946, un experto alemán en pintura barroca, el doctor Winkler, realizó unas tasaciones para el conde Kamensky y recibió como pago un lienzo. Qué sorpresa la del doctor Winkler al comprobar que ese lienzo pertenecía a la colección del Kaiser Friedrich Museum. Según la versión oficial, tenía que haberse perdido en el incendio de Friedrichshain, aunque, no parecía calcinado.
El doctor Winkler denunció el caso a los americanos y éstos se presentaron en las oficinas del conde Kamensky. El conde se hizo el tonto. Afirmó que había pagado veinticinco mil marcos por el cuadro a un oficial ruso, el capitán Evdómikov. No hubo manera de dar con el capitán Evdómikov. La MFAA denunció el caso a la Comandancia de Berlín. Poco después, Kamensky desapareció y no se ha vuelto a saber de él nunca más.
La torre G de Friedrichshain nunca pudo ser completamente derruida. Hoy yace sepultada bajo tonelaas de cascotes en un parque berlinés. En la fotografía puede apreciarse un trenecito que, cargado con cascotes, comenzará a formar la colina que es hoy.
A mediados de 1946, los rusos volaron la torre. Utilizaron veinticinco toneladas de dinamita para echarla abajo. Después de la terrible explosión, la torre seguía en pie y se vieron obligados a dinamitarla de nuevo. Luego sepultaron los restos de la torre bajo miles de toneladas de cascotes que habían retirado de las calles de Berlín y cubrieron de tierra esa montaña, que hoy es el Volkspark Friedrichshain, un parque donde crecen los árboles y juegan los niños.
Finalmente, en agosto de 1946 degradaron al coronel Voloshin, que fuera comandante de la Brigada de Trofeos del 47.º Ejército, y lo enviaron de vuelta a casa, acusado de contrabando. Se había apropiado de algunas requisas para uso personal, se dijo. Si fue cierto o fue una más de las paranoicas conspiraciones imaginadas por el régimen de Stalin, no hay manera de saberlo.
Bibliografía básica sobre el incendio de la torre L de Friedrichshain:
www.lostart.de --- Sitio web con una base de datos con obras de arte perdidas durante la Segunda Guerra Mundial. En inglés y alemán.
http://www.smb.museum/en/exhibitions/detail/das-verschwundene-museum.html --- Una retrospectiva de los museos berlineses sobre las obras dañadas o perdidas durante la guerra.
Defense of the Third Reich 1941-45, de Steven J. Zaloga, ilustrado por Adam Hook, Osprey Publishin Limited, 2012. --- Guía ilustrada sobre las torres antiaéreas nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Stolen Treasure, de Konstantin Akinsha y Grigorii Kozlov, editado por Weinfeld & Nicolson en 1995. --- El libro que descubrió, con abundante documentación inédita, el trabajo de las Brigadas de Trofeos soviéticas en Alemania. Imprescindible.
El saqueo de Europa, de Lynn H. Nicholas, editado por Ariel en 1994. --- Otra gran obra sobre la suerte de tantas obras de arte en Europa y el saqueo de los nazis.
Das Geheimnis der 434 Gemälde aus dem Leitturm Friedrichshain, de Hartwig Niemann, editado por Taschenbuch en 2013. --- Lamentablemente, en alemán. Detalla la pérdida de la Gemäldegallerie (la Pinacoteca) en la torre L de Friedrichshain.
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