El número de los necios



Cicerón dejó dicho (y por escrito) Qui latrones igitur siquidem vos consules qui praedones qui hostes qui proditores qui tyranni nominabuntur? (In L. Calpurnium Pisonem, X.) Como los latines se dan mal a la mayoría del respetable, traduzco un poco libremente: ¿Quién será llamado ladrón, quién pirata, quién enemigo, quién traidor, quién tirano, si vosotros sois llamados cónsules? Se aprecia que Cicerón, cuando quería cantar las cuarenta, tiraba con bala. 

También, con algo de sorna (imprescindible en un romano y necesaria en un orador) se cachondeó de los mismos diciendo O praeclarum custodem ovium lupum!, que traduciré así: ¡El lobo, un excelente defensor de las ovejas! 

Concluiremos con un latinajo bíblico, de la Vulgata sixtina (1550) que ha desaparecido (ha sido modificado, lástima) en la Vulgata revisada, la Nueva Vulgata de 1979, actualmente la Biblia oficial católica. Dice así: Perversi difficile corriguntur et stultorum infinitus est numerus. Es decir: Dificilmente corregirás a los malvados y el número de los necios es infinito.

Viendo lo que sucede estos días en la política catalana, podríamos emplear estos dichos como si fueran de hoy mismo (y lo mismo sucedería si los aplicáramos a la política española, no me olvido de ella). Esta constatación obliga a señalar que el número de los necios es, en efecto, infinito, pero es que, además ¡es constante en el tiempo! ¡Socorro!

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