La única historia



Un autor que, desde el primer día, me llamó la atención y me cayó en gracia es Julian Barnes. Su obra me pareció fascinante y obras como La historia del mundo en diez capítulos y medio o El loro de Flaubert me llamaron enormemente la atención. Luego ya ha escrito más cosas y, aunque unas han sido mejores que otras, no me ha defraudado nunca. Por eso no tardó en caer en mis manos su última novela, publicada por Anagrama y traducida por Jaime Zulaika. Se titula La única historia y es magnífica. Pero, claro, es Barnes y podrían pensar que me dejo llevar por mi entusiasmo por sus letras.

La única historia es una historia de amor en tres partes. Cuenta el narrador que toda persona tiene una única historia realmente importante en su vida, la principal de todas, y se refiere a una historia de amor. Marcará su vida, su manera de ser, su pasado, su presente y su futuro. En este caso, la historia única del narrador es la historia de amor que comparte con una mujer casada que conoce en un club de tenis. Él tiene diecinueve años y ella, cuarenta y tantos. Será algo más que una aventura.

La novela se divide en tres partes. Muy por encima y aproximadamente, la primera describe el enamoramiento, la consumación del amor, la parte bonita; la segunda parte, en cambio, proyecta la sombra y la desgracia sobre la relación; en la tercera y última parte, el narrador protagonista compartirá la narración con un narrador omniscente, que relatará el recuerdo de esa relación años después. El final es... tremendo, e interpreten tremendo como prefieran.

Es una novela honesta y por eso mismo muy dura. Magnífica, ya he dicho. La recomiendo sin dudas.

1 comentario:

  1. Creo que es además una novela muy bien trabada, no solo tramada. Esa trabazón sorprende. A mí me dejó satisfecho.

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