El arte de pagar fantas


Queridos lectores:

Una vez más, Metrópoli Abierta ha publicado uno de mis artículos. Se titula El arte de pagar fantas y gira alrededor de un problema que se ha vuelto muy serio. 

Desde mi particular punto de vista (pueden disentir, si les apetece), el nacionalismo catalán (el nacionalismo en general, el catalán no es más que un caso particular) es un movimiento de derechas, tradicionalista, carca, meapilas, conservador, últimamente neoliberal... Además, se ha convertido en un movimiento nacional-populista, con aires o dejes típicos del nacionalismo más radical, como cierto racismo o supremacismo, o como quieran llamarlo. 

Si partimos del hecho que el nacionalismo (el romántico) no es democrático (en su esencia, al menos), al considerar que nosotros no tenemos los mismos derechos que los otros, porque estamos hechos de otra pasta, por decir algo, si partimos de este hecho, decía, directamente contrario a la igualdad y que supone serios problemas para la libertad y la fraternidad, tropezamos con un procesismo que es, en la teoría y en la práctica un movimiento de extrema derecha inclinado hacia el autoritarismo. Las leyes aprobadas el 6 y 7 de septiembre de 2017 también lo ponen en evidencia.

Pues de lo que me quejo es de tantos que dicen ser de izquierdas y acaban riendo las gracias del procesismo y de personajes tan ridículos, nefastos y peligrosos como sus líderes y principales voces. No entiendo cómo es posible que alguien que sostiene que es de izquierdas en Cataluña siga ejerciendo de pagafantas. De verdad que es contrario a toda lógica.

Y ya me he quedado descansado.

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