El ornitorrinco

Queridos lectores:

Este artículo que ha publicado Metrópoli Abierta, titulado El ornitorrinco, ha sido escrito con cierta prisa y no poca indignación. 

Por un lado, estaban las noticias sobre la ocultación de abusos sexuales en los principales partidos en el poder en Cataluña y, por el otro, la detención del llamado Sanedrín, con Madí, Vendrell y Soler en cabeza, que han robado a manos llenas, se han enriquecido a costa del erario público y han contribuido notable y notoriamente a hacernos la vida más complicada, menos amable y peor. 

Este último caso traerá cola. Las grabaciones de conversaciones telefónicas afectan a todo el Gobierno de la Generalidad de Cataluña, o poco más o menos. Muestran, además, un comportamiento puramente mafioso, un lenguaje grosero y una indiferencia tremenda por el mal causado. Así, por ejemplo, el señor Vendrell se puso a gestionar las residencias de la tercera edad en medio de la pandemia con el único propósito de ganar dinero con ello, sin preparación previa alguna. En las conversaciones sale a relucir que se le murió gente por mezclar sanos con enfermos en medio de la epidemia, que perdió (sic) a ancianos en los traslados al hospital o a otras residencias, que procuró ocultar el desastre... Un asco. De verdad, un verdadero asco. Eran el gobierno en la sombra, el alma del procesismo, y con qué desprecio y aires de supremacía tratan al público. Para ellos, la administración no es pública, sino particular, y no más que un medio para enriquecerse y ejercer el poder. 

De verdad que me echo las manos a la cabeza cuando veo que el público todavía los apoya. De ahí el último párrafo de mi artículo.

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