Alegría

Dicen que dar, no recibir, es el secreto de la alegría. Don Federico, el filósofo, desconfiaba de esta receta. Afirmaba el sujeto que dar siempre es más difícil que recibir; dar requiere un tacto y un gusto exquisitos, y un ejercicio de la oportunidad al alcance de muy pocos. Don Federico dirá misa y tendrá razón, y a mí me pierde el dar y prefiero dar a recibir, pero recibir la risa de un niño a cambio es un dulce que no empacha nunca.

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