Una señora subcomisión

Ante el derroche de los informes inútiles encargados a inútiles, y otros informes de dudosa validez u oportunidad, escritos por terceras personas, el Gobierno de la Generalidad de Cataluña ha decidido tomar cartas en el asunto mediante decreto. Más exactamente, y perdonen ustedes, mediante el Decreto 75/2010, de 15 de junio, por el que se modifica el Decreto 146/2007, de 3 de julio, por el que se crea la Comisión de Coordinación Corporativa. No se ha hecho publicidad, pero el suceso se ha filtrado a la prensa.

En su artículo 11, el decreto crea la Subcomisión de Seguimiento de los Estudios y Dictámenes, adscrita a la comisión de marras. Leo sobre la subcomisión, que tiene por objeto verificar en relación con la contratación de estudios y dictámenes realizados en el ámbito de la Administración de la Generalidad y de su sector público, que se han seguido los trámites correspondientes para la valoración de la calidad del informe resultante de la contratación y que éste se adecue a la finalidad perseguida, así como efectuar un seguimiento de carácter sistemático de la evolución del gasto destinado a esta contratación. Es decir, que la subcomisión se encarga de controlar el desbarajuste de los informes, no se pasen ustedes.

Pero ¿quién forma la subcomisión de marras? El propio Gobierno. Yo me controlo a mí mismo mismamente, o yo me lo guiso y yo me lo como. Observen que los vocales se reparten a partes iguales entre los partidos que forman el Gobierno... perdón, que se me ha ido el santo al cielo... Quería decir que los vocales se reparten entre los departamentos de Economía y Finanzas (PSC), de Interior, Relaciones Institucionales y Participación (IC-V) y Gobernación y Administraciones Públicas (ERC). La subcomisión dará a conocer un dictámen donde sólo constará quién ha encargado el informe, a quién se lo ha encargado y cómo, cuánto ha pagado por él, qué título tiene el dicho informe y para qué tendría que servir. Ni siquiera publicará un resumen del informe, que permanecerá oculto.

Es un avance, porque ni esto sabíamos, pero...

Se recuerda a los señores lectores que hubo una señora trifulca parlamentaria porque el Gobierno se negó a entregar una copia de los informes a los señores diputados que la solicitaron, y que éstos elevaron un recurso de amparo a la Presidencia del Parlamento. En palabras de un insigne comentarista político, el Gobierno se pasó por el forro el requerimiento, el amparo y su p... madre (perdón), y por aquí entra, por aquí sale. La oposición y cierta prensa malvada aviva la sospecha de que los partidos en el Gobierno pagaron esos extraños informes a personas que no eran más que asesores de tapadillo y amigotes del jefe, por hacerles un favor, pero nos negamos a creer algo así, porque resulta increíble, ¿no creen?, que los integrantes del Gobierno persigan beneficios particulares mediante la corrupción del ejercicio de su cargo. ¡Qué mala es la gente, qué malpensada! ¿A quién se le ocurre?

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