El curso de la negociación entre Mas y Junqueras


Uuuh... ¡Estamos de acuerdo!

Primera reunión. En una mesa de negociaciones, uno frente a otro, Mas frente a Junqueras, o viceversa. 

---Estamos aquí para llegar a un acuerdo, ¿estás de acuerdo? ---pregunta Mas.
---Un acuerdo que nos permita estar de acuerdo ---matiza Junqueras.
---De acuerdo conmigo ---puntualiza Mas.
---De mutuo acuerdo.
---¡Yo no he dicho eso!

Muchas de estas conversaciones han sido secretas.
(Pero se ha enterado todo el mundo.)

Unas reuniones más tarde, vuelven a reunirse para cerrar ese acuerdo del que han estado hablando. Se han sumado a la fiesta el alcalde racista de Vic y dos señoras que otorgan carta de catalanidad, para amedrentar a Junqueras.

---Repítemelo, Mas, que no me acuerdo dónde lo habíamos dejado.
---Adelanto las elecciones con una condición ---dice Mas---. Te explico. Yo presento una lista de país en la que estarán todos los que están a favor del Proceso, sean del partido que sean. También se sumará la sociedad civil afecta ---y señala al alcalde de Vic y a las dos señoras presentes---. Prescindiré de mi partido y nos presentaremos como El Partido del Presidente, que soy yo, y yo seré su líder y se hará lo que yo diga.
---Ah, vale ---dice Junqueras.
---Tú, si quieres, te sumas y te pliegas a las condiciones de este acuerdo. Si no quieres, de acuerdo, no quieres. ¡No nos vamos a pelear por eso! En ese caso, el acuerdo será otro.
---Dime, ¿cuál será?
---Dejaré que te presentes a las elecciones.
Junqueras suspira aliviado.
---Ah, gracias.
---Tu partido podrá disputarme el voto, pero... Habrá una condición ---avisa Mas.
---Dime.
---En las listas de tu partido sólo podrán haber militantes de tu partido. ¡Nada de independientes! Ni futbolistas, ni tertulianos, nadie de la sociedad civil afecta al régimen, que el Régimen soy Yo ---afirma, señalándose, mientras aplauden el alcalde racista de Vic y las señoras presentes. 
Junqueras resopla.
---Hombre... ---se queja.
---¡A callar! Es así o no habrá acuerdo ---dice Mas, alzando la barbilla.
Junqueras se encoge de hombros, baja la vista. Dice:
---Vale.
---Y si uno de los tuyos quiere venirse a mi lista, se viene y tú, calladito.
---Vale. Vale... ¡De acuerdo! ---exclama Junqueras.
Sigue un repentino silencio.
---Eh, que no hemos llegado a ningún acuerdo ---se asusta Mas.
---¿Cómo que no? Te acabo de decir que me pliego a tus condiciones ---insiste Junqueras.
---Pero ¡eso es negarse a llegar a un acuerdo! Para llegar a un acuerdo, tienes que estar de acuerdo conmigo, no aceptar mis condiciones ---se queja Mas.
---Pero estoy de acuerdo con lo que me has propuesto para decir que estamos de acuerdo y tirar adelante el Proceso ---argumenta Junqueras---. De verdad que no te entiendo.
---¿Lo veis? ¿Lo veis? ¡Se ha negado a ponerse de acuerdo conmigo! ---dirá Mas en voz alta, dirigiéndose al público asistente, que hace gestos reprobatorios.

La sociedad civil ha presionado para alcanzar el acuerdo.
Siempre, bajo el paraguas del Régimen.

Poco después, una nueva reunión. Vuelve a estar presente la sociedad civil afecta al régimen, representada por el alcalde racista de Vic y dos señoras que otorgan carta de catalanidad, que se sientan del lado de la mesa de Mas. A Junqueras, ni agua.

---Entonces, ¿estamos de acuerdo?
Junqueras ya no sabe qué decir.
---Adelantaré las elecciones, otra vez ---anuncia Mas---. Primero fue el Gobierno de los Mejores; luego, la Mayoría Excepcional; ahora será ¡la Culminación del Proceso!
Junqueras arquea las cejas y se sorprende.
---Oh ---exclama.
---Serán en septiembre ---añadirá el presidente.
---Pero ¿no iban a ser en marzo?
---Serán en septiembre y tú me aprobarás los presupuestos, me darás apoyo parlamentario, no removeras el avispero de la corrupción, taparás mis vergüenzas y las de mi padre político, Jordi Pujol ---"¡Alabado sea su nombre!", exclama el público---, atacarás a las formaciones de izquierdas que quieran sacar a la luz los recortes sociales que tú apoyarás y atacarás a esos comunistas que vienen ahora diciendo que tengo que preocuparme de gobernar para la gente y no para el pueblo. La gente, la gente... ¿Qué me importa a mí la gente teniendo a mano un Pueblo?
---Sí, y los que no quieren ser del Pueblo, que se marchen ---añade el alcalde racista de Vic, mientras las señoras aplauden.
Junqueras quiere decir algo, pero se lo piensa dos veces ante la mirada del alcalde racista de Vic y las señoras presentes.
---Vale.
---¿De acuerdo?
---¡De acuerdo! ---se resigna Junqueras---. Yo me bajo los pantalones, pero ¿quién pone la vaselina?
---Hombre, Oriol, ahora que al fin has entrado en razón, no me vengas con tonterías.

Como hemos llegado a un acuerdo, es hora de hacernos la foto.

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