El club Bilderberg en Sitges

Cuentan que se reunirán en el Hotel Dolce de Sitges. El Hotel Dolce de Sitges es la prueba fehaciente de que más dinero no implica mejor gusto, y que con dinero puede destrozarse el paisaje que venga en gana, sin peligro de represalias. Pero no hablábamos del hotel, sino de los clientes que acogerá entre el 3 y el 6 de junio. Son los miembros de un club que lleva el nombre de otro hotel, el Bilderberg de Arnhem, Holanda, donde se reunieron por primera vez en 1954.

En origen, el llamado club Bilderberg era la reunión informal de políticos y empresarios europeos, los mismos que entonces impulsaban la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero) y la NATO. Un fin de semana a tutiplén con todos los gastos pagados obliga a llevar el asunto con mucha discreción, no fuera a molestarse el común con el gasto. Los invitados se ponían de güisqui hasta el piloro y discutían sobre cómo combatir al comunismo, pues eran los años cincuenta y no tenían nada más de qué discutir. Véase cualquier cena de amigos, cuando la discusión toma una deriva política y nos ponemos a arreglar el mundo. Eso es, básicamente, el club Bilderberg, y sus conclusiones, si existen, no son mucho más serias y rara vez han llevado a alguna parte.

Hoy, la reunión de amigos incluye testas coronadas, primeros ministros jubilados y presidentes de grandes empresas que nadie se atreve a jubilar. En las reuniones del club no existe un orden del día, no se hacen propuestas ni se votan resoluciones. Se charla, se come, se bebe y se relaciona uno. La recompensa es la nota de prensa que informa de los asistentes al evento. Formar parte de esa lista es alimento de la soberbia y premio a la vanidad, pero de ahí a arreglar el mundo... Creo que entre todos los miembros del club no arreglarían ni una tostadora, lo creo firmemente. También creo que viven del cuento como pocos, pero ésa es otra historia.

Se van a reunir en Sitges, a ponerse de güisqui hasta el piloro. En la calle, una tropa de conspiranóicos y anti-lo-que-me-echen protestará ruidosamente. ¿Se animará la fiesta con un ball de bastons?

2 comentarios:

  1. Claaaro.. No huele mal una reunión donde está Cebrián (PRISA), la Reina, la Botín... junto con Kissinger, Rockafeller, etc.

    Estos paranoicos... como són

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  2. Querido anónimo,

    Dios los cría y ellos se juntan desde que el mundo es mundo. Sin salir de casa, peores cosas se cuecen en la tribuna del Barça y nadie quema el campo. Además, cada quince días y a cara descubierta, con todos los gastos pagados por una televisión pública. Con el beneplácito del personal, además. Qué peleas hay por un puesto de tribuna...

    El club Bilderberg se ha convertido en un club social de dinosaurios, algo así como el Baile de la Rosa de políticos y empresarios. Nunca fue otra cosa. No les hace falta la reunión anual para ninguna conjura.

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