Venga, ¿quién da más?


Don Pablo Ruiz, a. Picasso, era mujeriego y vivalavirgen, pero también un artista de la cabeza a los pies. Mezclando ambas características, pintó Desnudo, tréboles y busto, que adjunto con esta entrada. La señora aparentemente estupenda que posó en pelota picada para goce y disfrute del personal fue Marie-Thérèse Walter, una de las mujeres que ostentó el título de amante del pintor a finales de los años veinte y principio de los años treinta.

El cuadro se dató el 8 de marzo de 1932. En los años 50, un tal Brody, coleccionista de arte y promotor inmobiliario de Los Angeles, Ca., se hizo con él. Se expuso en público una sola vez. El año pasado, Brody nos dejó y a los herederos les ha faltado tiempo para presentarse en Christie’s con la colección, por ver si sacaban unas perras. ¡Vaya si las han sacado!

En nueve minutos, el cuadro, valorado en 58 millones de dólares, alcanzó un precio de 95 millones de dólares. Media docena de postores se enfrentaron a cara de perro (telefónicamente) y la puesta ha sido de infarto. Ha superado todo lo que esperaban y hoy se anuncia como una de las obras de arte más caras de la historia, junto con un Giacometti y un Van Gogh, que todavía siguen insuperables... en cuanto a precio.

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