Sufrimiento innecesario

A finales del siglo XIX, Winchester sacó al mercado una escopeta de repetición que se convertiría en la referencia de esta clase de armas hasta bien entrados los años cincuenta, y que todavía se fabrica y vende. Pensada para cazar patos, Moses Browning diseñó una escopeta de corredera del calibre 12 con seis tiros en la recámara. En seguida, la escopeta fue empleada por la policía y los delincuentes de los EE.UU., y se fabricó una versión para el ejército que se distinguía de la versión civil porque podía llevar una bayoneta.

La Winchester modelo 1897, o M97 en argot militar, fue empleado por las tropas de los EE.UU. en la Primera Guerra Mundial. Los tiradores descubrieron que podían disparar contra las granadas de mano que les arrojaban los alemanes y hacerlas estallar en el aire o desviarlas de su trayectoria. En el fondo, no existe mucha diferencia entre tirarle a un pato o tirarle a una granada de mano.

Pero la M97 fue célebre por otras razones. La munición militar disparaba posta gruesa, nueve balines por cartucho. Un escopetero podía quemar los seis cartuchos seguidos moviendo la corredera hacia detrás y hacia delante sin soltar el gatillo, y no hacía falta apuntar con cuidado, porque el tiro amenazaba a todo lo que se le ponía por delante. En un pispás, un escopetero barría la trinchera enemiga a perdigonazos, con cincuenta y cuatro balines de grueso calibre. La llamaban la barretrincheras.

Por eso mismo, el 10 de septiembre de 1918 el gobierno alemán elevó una protesta diplomática formal contra el gobierno de los EE.UU. (recuerden: estaban en guerra) por el empleo que hacía éste de las escopetas de repetición.

Los alemanes sostenían que el uso del Winchester M97, citaré textualmente, era contrario a las leyes de la guerra. Argumentaron, vuelvo a citar, que está expresamente prohibido el empleo de armas de cualquier tipo, proyectiles o materiales diseñados para causar un sufrimiento innecesario, y la escopeta de marras, proseguían los alemanes, provocaba sufrimientos innecesarios. Caramba.

Ahora se sorprenderán ustedes al saber que los americanos se tomaron en serio esta denuncia y ordenaron una investigación. Robert Lansing, Secretario de Estado y Juez Abogado General del Ejército de los Estados Unidos consideró las leyes en vigor, los tratados internacionales y las características de la escopeta. Después de examinar las pruebas, concluyó que el uso de la Winchester M97 era legítimo y desestimó la demanda del gobierno alemán.

Hubo un rifirrafe diplomático que acabó en nada. Los alemanes se quejaron del veredicto y amenazaron con represalias, pero los americanos respondieron que pagarían represalia por represalia y las dos partes dejaron estar todo el asunto porque no llevaba a ninguna parte. Hay quien dice que es la única vez que se ha cuestionado el empleo de una escopeta en combate por razones humanitarias.

Después de esta historia, me queda en la recámara una pregunta. ¿Qué arma no provoca sufrimientos innecesarios?

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