Será broma


Me da que es cachondeo, que no puede ser verdad. Que es una broma, que no va en serio. Porque la Convención Nacional de Convergència Democràtica de Catalunya, CDC, ha asegurado que la futura república catalana se verá libre de corrupción política

Ay, Señor, ¡quiénes fueron a hablar! 

En el pleno parlamentario donde el señor Mas aseguró que la pobreza en Cataluña era estructural (sic) y que ahora se nota más porque hay crisis, pero que pobres serán siempre los mismos y no hay nada que hacer, porque siempre será así (eso quiere decir estructural), donde dijo que la culpa era de Madrid y que con la independencia los pobres se iban a notar menos, en ese pleno, digo, apareció el señor Mas en el hemiciclo seguido de cerca del señor Oriol Pujol, hijo del antiguo presidente de Banca Catalana y de la Generalidad de Cataluña, chorizo de cuidado, que ni ha sido cesado ni ha dimitido ni nada.


Hay más pistas y antecedentes en el discurso de CDC que nos permiten intuir la seriedad con la que el partido presenta a la sociedad la regeneración democrática y la falta de corrupción en la hipotética y futura república catalana.

Por ejemplo, CDC defiende que los servicios públicos del futuro Estado (incluyendo la educación, la sanidad, los servicios sociales, la policía, etc.) estén abiertos a la colaboración público-privada (i.e., querrá privatizarlos) y el copago será un instrumento de gestión de la política social. Es decir, que el riesgo de corrupción será mucho más alto, porque las empresas privadas, con tal de hacerse con el negocio público, tentarán al demonio, de hacer falta, y los políticos en el poder procurarán vender favor por favor y ayudar a los amigos, como es humana condición, además de previsible. Que los ciudadanos acabaremos pagando más por menos, denlo por seguro. Que los de siempre ganarán más por darnos menos, chanchullos mediante, también.

A los hechos me remito, al larguísimo historial de transparencia y lucha contra la corrupción de CDC, que sirve de ejemplo, guía e inspiración de la que nos espera si éstos han de diseñar nuestro futuro. 

Comenzamos por su fundador, don Jordi Pujol, que montó un banco e hizo fortuna en tiempos de Franco y llegada la democracia dejó un agujero tremebundo que equivaldría poco más o menos al que ayer dejó Bankia. Arruinó a cuarenta mil accionistas y el sistema financiero catalán se fue a tomar viento y no se recuperó en muchos años, pero él cobró, consejos de administración mediante, muchos millones de pesetas de la época, que ¿adónde fueron a parar? Por eso lo llevaron a juicio, por repartirse 500 millones de pesetas de la época mientras el banco perdía miles de millones que sufragaba el Estado.

Esa fortuna ha financiado parte de los negocios de su familia. Jordi Jr., Pere, Oleguer, Oriol... quién más, quién menos, siguen los pasos de papá y varios de ellos son evasores confesos de millones de euros en impuestos. Hacienda, los jueces y la policía están tras de su pista. El que parece más tonto, Oriol, está imputado por el caso ITV, pero sigue como diputado y no ha dimitido de nada ni en el Parlamento ni en CDC. ¡Un ejemplo del buen hacer del partido! ¡Tomen nota!

Luego viene una larga lista de antecedentes y de casos abiertos, que es un no acabar de mierda y corrupción, de prácticas mafiosas, clientelismos, depotismos, chanchullos, mamoneos, prebendas, comisiones, sobornos, favores, etcétera. A poco que hagan memoria, salen media docena de casos que nos pueden ilustrar sobre la relación entre CDC y la corrupción política en Cataluña. Una relación íntima.

Así, de sopetón, sin consultar, me vienen a la cabeza dos casos donde dirigentes de CDC se han relacionado con la mafia rusa. En ambos casos, el tipo de CDC sigue de diputado y sin dimitir, hoy mismo. Son los señores Crespo y Fernández Teixidó. Luego tenemos todo el follón del juez Estivill; al señor Prenafeta, secretario personal de Jordi Pujol y peso pesado en el partido, protagonista del caso Casinos y del caso Pretoria; el señor Alavedra, otro que tal, y la señora del señor Alavedra, que se las daba de pintora y vendía sus cuadros por miles de euros a los empresarios que querían caerle bien a su marido, cuando no valían ni para envolver un bocadillo; el caso Palau, ¡no se nos olvide el caso Palau!


Más. Todo lo que rodea a la corrupción en la sanidad pública catalana huele a CDC: Prat, Bagó, Reus Innova, Crespo... Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña y las jubilaciones millonarias (de euros). La corrupción en las diputaciones de Barcelona y Girona de 2010 hasta ahora. Los apellidos Cullell, Roma, Piqué, Solà... Etcétera, etcétera, etcétera.

Dejando Banca Catalana a un lado, sumando lo dicho me salen centenares de millones de euros en operaciones dignas de escarnio público. En los más de veinte años en los que estuvo en el poder, CDC recibió más del 40% de todas las donaciones anónimas que recibieron los partidos políticos españoles. El 40% de las donaciones anónimas ¡de toda España! Hagan cuentas ustedes mismos.

Ahora volvamos al inicio. CDC asegura que cuando Cataluña sea una república independiente y manden ellos, esto no sucederá. Noooo... respondemos a coro. ¡No sucederá jamás! ¡Salta a la vista!

Aseguran que el Proceso Constituyente (sic) será una oportunidad para priorizar el interés general sobre el particular e implantar la transparencia en la gestión política. Tal cual. ¿Quiere esto decir que ahora no es así? Si no es así, ¿a quién beneficia que no sea así? ¿Quiénes son los chorizos que nos roban día sí y día también? ¿Quién ha emasculado todas las comisiones de investigación sobre casos de corrupción hasta hoy mismo? 

Dicen que en esa Cataluña-Jauja los servidores públicos que tuvieran comportamientos poco éticos y/o legales (sic) dimitirían inmediatamente. ¿De verdad? ¿En serio? ¿Como ahora? ¡Qué bien! ¡Chachi!

CDC también tira contra la prensa. Porque robar y verte luego en las portadas de los periódicos es incómodo. Carga, en su plan, contra los (cito) procesos paralelos mediáticos y filtraciones que perjudican el correcto funcionamiento de los procesos (sic, repite procesos). Es lo que sucede cuando hay libertad de prensa, amigos. CDC amaga con la censura en estos casos.

Hay que preguntar por qué no luchan ahora contra la corrupción, nada se lo impide. Todo esto que dicen podrían hacerlo ahora mismo, si les apeteciera hacerlo. ¡Nadie se lo impide y no es necesaria la independencia para ello! En absoluto. ¿No lo hacen? Será porque no querrán hacerlo, no hay más.

Por lo tanto, hay que decidir si van en serio o en broma, y a quién pretender tomar el pelo. En todo caso, no parece serio y si es broma, es de mal gusto.

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