De la instrucción a la vista oral

El caso está visto para sentencia. Han hablado todas las partes y los acusados se enfrentan a penas de cinco años de prisión por acoso y amenazas contra una trabajadora municipal del Ayuntamiento de Cunit. ¡Seguro que recuerdan el caso! Lean la crónica de Ferran Balsells en El País.

Del cacique canalla y acosador y sus secuaces no diré nada; será la justicia la que dirá la suya. Yo me quedo con las declaraciones de la alcaldesa de Cunit y también senadora, la señora Alberich, que no ha sido acusada formalmente de delito alguno, pero a la que puedo señalar con el dedo por sus iniquidades. De ella dijo la víctima del acoso, y cito: Me dijo que si retiraba la denuncia se iba a acabar el sufrimiento. ¡Qué pájara, la tipa!

Véase aquí un resumen de las declaraciones de la señora Alberich durante la vista. Yo les haré un resumen del resumen.

Cuando el juez le preguntó sobre lo que dijo durante la instrucción, respondió:

No recuerdo esas palabras explícitas.
No, no recuerdo nada de eso.
No recuerdo haber tratado este tema.
No recuerdo explícitamente esa declaración genérica.
El inspector de policía me recomendó que no le detuviéramos por su arraigo en la comunidad (cuando en la instrucción declaró: El inspector de policía pretendía detenerle, pero lo evité a efectos de no crear un conflicto social).

La señora Alberich es de la escuela del digo Diego, de las que escurre el bulto y apaga el fuego con gasolina. Se aplica al caso la máxima bíblica: Por sus obras los conoceréis (Mateo, 7, 20).

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