Esto acabará en nada, ya verán

Es un no acabar de escándalo, y la prensa parece volver la cara hacia otro lado. La presión de los Carulla y del Departamento de Presidencia de la Generalidad de Cataluña (que ha cambiado de manos) ha conseguido que el Consorcio del Palau de la Música diga digo donde dijo Diego. Más concretamente, si antes (en noviembre) solicitó la imputación de miembros de CDC y de la empresa Ferrovial por un feo asunto de comisiones y pagos bajo mano, ahora solicita que se investigue el caso... pero que no se impute particularmente a nadie, así, con un par.

Ahora mismo, el único que solicita la imputación de estos personajes es el fiscal. Lo han dejado solo y desamparado. Los abogados del Orfeó Català y los de la Fundació Palau de la Música todavía no se han pronunciado, aunque la señora Carulla se llene la boca de regeneración moral y depuración de responsabilidades, justo cuando la sombra de Hacienda, que es alargada, se cierne sobre ella. El juez Solaz, que ya ha anunciado que se larga con viento fresco a la Audiencia, tendría que decidir en breve (es un decir) si imputa o deja tranquilos a esos sinvergüenzas. También tendrá que decidir si se juzga aparte el caso de las comisiones que cobraba el socio mayoritario de CiU, CDC.

Algo huele a podrido en Dinamarca, que dijo Hamlet, aunque tenemos razones más que suficientes para sospechar que quizá no sea Dinamarca.

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