Las creaciones de Barris

¿Saben quién es George Barris? Seguramente, no, pero conocerán alguna de sus obras.

Se dedica a preparar coches a medida, eso que llaman customizar (del inglés custom). Barris fue el primero en utilizar la ka y su empresa se llama Barris Kustom y él mismo se hace llamar King of the Kustomizers. En 1944, en Bell, un suburbio de Los Ángeles, EE.UU., montó su primer taller de customización. De ahí a la fama.

Porque los Barris (era un negocio familiar) pronto demostraron un raro y especial talento en este negocio. En los años cincuenta, sus automóviles conquistaron Hollywood y comenzaron a aparecer en las películas y series de televisión. Por eso he dicho que usted seguramente los habrá visto. Veamos algunos, los más famosos.







Todo esto viene a cuento porque una de las creaciones más peculiares de los Barris para televisión se ha subastado hace muy poco.

El vehículo original era un prototipo carrozado en Italia por Ghia para exhibición, el Lincoln Futura de 1955. El prototipo costó 250.000 dólares de la época (una fortuna), pero Barris lo compró por un dólar (sic) diez años después. Sería pura chatarra, por ese precio, pero Barris lo dejó como nuevo en quince días. El mérito es que el vehículo que salió del taller cumplía con todas las normativas de circulación entonces vigentes y además era un bólido con todas las de la ley.

Eso sí, Ghia se tiraba de los pelos, visto lo visto.

El auto llevaba un motor de carreras 429 Ford Full Race preparado por Moon para funcionar con óxido nitroso. El trasto pesaba dos toneladas y media, que no es poco, y tuvo que equiparse con neumáticos Firestone especiales, capaces de resistir un par motor de vértigo. Se pintó con cuarenta capas de negro brillante y pintura fluorescente, y se decoró... No le digo nada de la decoración, porque estamos hablando del primer Batmobile. Sí, señores, el Batmobile, el coche más hortera del mundo, conocido en España como Batmóvil y en Sudamérica como Batimóvil.

Barris y el Batmobile, justo antes de la subasta.

Es noticia porque era el lote 5.037 de la primera subasta anual de Barrett-Jackson Auction Company. El Batmobile se vendió por 4,8 millones de dólares, que son 3,6 millones de euros, casi nada. Los subasteros querían obtener cinco millones, pero se quedaron con las ganas. El Batmobile lo compró un millonario de Phoenix, Arizona, EE.UU., que dijo que lo tendría en el salón de su casa, para hacer bonito. Un destino hortera para el más hortera de los automóviles. Nada que decir, pues.

Las joyas de la subasta fueron dos Ferrari que se vendieron a ocho millones de dólares cada uno; un 250 GT LWB California Spider y un 250 GT SWB Berlinetta Competizione. Pero no llamaron la atención de los periodistas, aunque cualquiera de los dos podría considerarse bellísimo.

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