Apocalipsis zombie: protocolos del Gobierno


Llevo días sin conciliar el sueño desde que el diputado Mulet preguntara al Gobierno de España lo siguiente: ¿Qué protocolos tiene adoptados el Gobierno ante la posibilidad de un apocalipsis zombie? Comenté el caso en El cuaderno de Luis y si quieren saber más, a ello me remito

El diputado Mulet, preguntando por el apocalipsis zombie.

Pero, como decía, la posibilidad de la apocalipsis zombie me ha quitado el sueño. Tenía en casa un ficus que estaba más allá que acá y justo después de saber de la pregunta del señor Mulet comenzó a inquietarme. El ficus, quiero decir, no el señor Mulet. Su resistencia al finiquito no me parecía normal y ya me ven por la noche asomándome al saloncito donde el ficus seguía intentando salir de la tierra en la que estaba enterrado y manifestarse como aquél que murió y ¡ay! ¡no está muerto!

Por eso he leído con tantísima atención la respuesta del Gobierno de España, que hoy han publicado los periódicos. El diputado Mulet se ha visto enojado y no ha amagado sus quejas. Es cierto que las respuestas del Gobierno de España son tardías y no responden a casi nada, pero lo que más le ha dolido al señor Mulet es que, en este caso, haya sido tan rápida, tan precisa y además, no exenta de humor. Es verdad: como respuesta parlamentaria es casi ejemplar. Casi... Hay cosas que pronto comentaré, con las que no estoy de acuerdo, pero, en líneas generales, merece un aplauso.

La respuesta del Gobierno de España es ésta (v. aquí):

La respuesta del Gobierno de España.
Si le da a la imagen, la verá ampliada.

El Gobierno de España reconoce sus limitaciones. Si se entiende apocalipsis como fin del mundo, entonces, dice, poco se puede hacer llegado ese momento. Si, por el contrario, un apocalipsis es un pollo muy gordo, una catástrofe, un acabóse..., entonces existen planes de emergencia, Protección Civil, ejército, policía, un Consejo de Seguridad Nacional... En fin, que algo hay. Es verdad que no concreta demasiado, pero la pregunta tampoco.

Ay, ay, ay...

En cuanto a los zombis, afirma que el Gobierno de España no considera probable, ni siquiera posible, que las calles se llenen de muertos vivientes. ¡Qué alivio! Ahora ya puedo respirar tranquilo. Aunque... En fin, recordemos que las banderas del Ministerio de Defensa y de los cuarteles ondeaban esta Semana Santa a media hasta en honor a un resucitado de entre los muertos. Así que tan poco probable y tan imposible no será, a ojos del Gobierno de España. ¿Seguro que nos han contado todo y no se callan alguna cosa?

Ahora viene mi principal desacuerdo con la posición oficial del Gobierno de España. Afirma este gobierno que si un zombi es un atontado, que se comporta como un autómata (definición admitida por la RAE), España y sus administraciones públicas disponen de diversas líneas de actuación, aunque el Gobierno duda de que quienes se pudieran encontrar en las circunstancias descritas en la citada definición (por muchos que sean) puedan llegar a protagonizar una situación de apocalipsis como por la que se interesa Su Señoría.

Pues, qué quieren que les diga, no. No sólo no, sino no y mil veces no. Un atontado es peligroso y un número elevado de atontados, más, si cabe. Tenemos sobradas y evidentes pruebas de ello. En Cataluña, sin ir más lejos, tenemos el llamado prusés, una tontería sobrada de atontados. Más de uno (entre ellos, el diputado Mulet) afirma que el Gobierno de España está en manos de atontados y así nos va. Por lo tanto... Los partidos de la oposición no están mucho mejor, a juicio de cualquiera, lo que incrementa el número de atontados. La epidemia, además, es universal. Cuando uno piensa en los EE.UU. y en quién ha podido escoger de presidente a ese atontado... Seguramente, algún atontado. Millones de atontados... ¡Dios mío! ¡Va a ser que el apocalipsis zombie ya está aquí! ¿Qué hacemos ahora?

¡Sálvese quien pueda!
¿Será demasiado tarde?


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