Yeruldelgger (Muertos en la estepa)



¿Qué sabemos de la Mongolia? Que está lejos y que tiene algo que ver con Gengis Khan. Poco más. Algún friqui sabrá del desierto del Gobi, de los huesos de dinosaurio... pero poco más. Pues, que lo sepan, Yeruldelgger (subtitulado en español Muertos en la estepa) es una novela negra que transcurre en Mongolia y sus protagonistas todos son mongoles de Mongolia (excepto algún chino y algún coreano que pasaba por ahí). De entrada y sin leer más, tenemos los tópicos del género en un escenario exótico (muy exótico).

El autor, Ian Manook (pseudónimo de Patrick Manoukian, francés), se dedica, entre otras cosas, a escribir libros de viajes y tuvo la ocurrencia de escribir uno protagonizado por un policía mongol, Yeruldelgger, el protagonista de esta historia. Es, como tantos otros protagonistas de novelas policíacas, un hombre rudo, violento, brutal, pero también provisto de un corazón de oro o algo parecido detrás de toda su apariencia hostil. Arrastra consigo (cómo no) un trágico pasado y se enfrentará a él en el transcurso de una investigación criminal que comienza cuando encuentran el cadaver de una niña enterrada viva en medio de la estepa hace cosa de cinco años. Mientras tanto, algo parecido a un crimen ritual, salvajísimo, sucede en la capital, y Yeruldelgger tendrá que enfrentarse a los fantasmas de su pasado y a dos crímenes terribles. También repartirá bofetadas a diestro y siniestro. Etcétera.

El etcétera tiene de todo: mafias, policías corruptos, matones, crímenes (muy) sangrientos, venganzas, traiciones, algo de amor, que no falte, toques de misticismo y magia oriental, para dar contraste y sabor a la mezcla y... voilà op! Aquí lo tienen, traducido por José Manuel Fajardo y publicado por la colección Black de Salamandra. 

Es puro entretenimiento, no pidan Shakespeare ahora. Pero tiene sus momentos y sus típicos tópicos se perdonan, hasta me atrevería a decir que no podríamos pasar sin ellos. ¿Cómo la llaman? Literatura de evasión, comercial, de género... por no decir que está pensada para pasar un rato entretenido y no más, ¡ni menos! Parece fácil, me dirán, pero lo cierto es que no lo es. Yeruldelgger no está, pues, exenta de méritos y es lo que es, una honesta propuesta de entretenimiento.

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