El fútbol nos roba millones a patadas

Tal como está el patio, es aberrante que el F.C. Barcelona reciba de la Generalidad de Cataluña entre 80 y 100 millones de euros al año, porque sí. En su mayor parte, son dineros que ingresa a través de la radio y la televisión públicas catalanas, de modo indirecto y, hay que añadir, bastante secreto, porque las cuentas no aparecen nunca demasiado claras.

Cuando me quejo de semejante barbaridad, siempre recibo la misma respuesta: la retransmisión del fútbol trae espectadores a TV-3. Más espectadores, más ingresos publicitarios. Más ingresos publicitarios, menor gasto público. Mentira.

Mentira porque el fútbol es lo único que mantiene a la audiencia de TV-3 y pagan lo que sea para que no se deje de emitir fútbol y la gente no cambie de canal y se vaya a cualquier otra parte. Porque TV-3 es un instrumento político, no una televisión pública, y necesita espectadores. Si hacemos caso a las cifras, TV-3 se gasta en el Barça casi tanto como todo (¡todo!) lo que ingresa en publicidad en todos los canales; a veces más, a veces menos. Si sumamos el gasto de TV-3 en los demás equipos de fútbol (15 millones de euros en el R.C.D. Espanyol y dos o tres millones más en el resto, más los gastos de las retransmisiones, etc.), lo que se ingresa gracias al fútbol no compensa, ni de lejos, lo que gastamos subvencionando la tontería del balón. El fútbol en TV-3 pierde dinero.

En los tiempos que corren, esto es un despropósito, una locura. Los clubes de fútbol son privados y compiten en una liga de fútbol profesional, también privada. ¿Por qué tenemos que subvencionarlos con más de 100 millones de euros al año... sólo en Cataluña? ¡Vamos, hombre! Que metan ese dinero en hospitales, por favor.

Hoy, El País publica un artículo que pone los pelos de punta. Se titula ¡Campeones!, también en deudas con Hacienda. Léanlo, si pueden.

Aunque cargo tintas contra el F.C. Barcelona (es natural, tengo que comérmelo cada día de desayuno, comida, merienda y cena y ya estoy hasta los mismísimos c... del Barça y la p... madre que lo parió), éste es uno de los clubes que mejor está, si miramos alrededor. Sólo el Barça y el Madrí se salvan de la quema. El resto, mejor que los cierren.

Cuentan que las deudas tributarias de los clubes españoles son de aúpa. Sólo las deudas a Hacienda (a la Agencia Tributaria) suman 752 millones de euros, aproximadamente. El total de lo que adeudan los equipos de la Primera División de la Liga de Fútbol Profesional a éste, ése o aquél va más allá de los 3.500 millones de euros (más de 582.000.000.000 pesetas). Lo que adeudan todos los clubes de la Liga de Fútbol Profesional... ni se sabe.

Los clubes de fútbol no se esfuerzan en pagar. ¿Pa’ qué? En cuatro años, la deuda con Hacienda se ha incrementado un 24%. Aunque la Agencia Tributaria sostiene que no hay ningún trato de favor hacia los clubes de fútbol (sic), los empresarios que tienen que vérselas con problemas de liquidez y deudas con el fisco piensan todo lo contrario. Esos empresarios y cualquier hijo de vecino, porque deje usted de pagar mil euros a Hacienda y verá lo que le pasa.

Las excusas para aplazar los pagos son más bien curiosas. Sostienen, por ejemplo, que el año que viene irán a Europa, que ganarán la Liga, que meterán más goles que Pelé y que entonces subirán los ingresos y podrán hacer borrón y cuenta nueva en su problemilla con Hacienda, y el fisco les da permiso para pagar el año que viene, con tales garantías, tan sólidas y consistentes. Pero pierden la clasificación de la Copa de Champiñones a la primera de cambio, en varonil enfrentamiento con el Atlético de San Marino o el Deportivo del Vaticano; en casa, casi descienden a Segunda División; el reciente fichaje, que ha costado un pastón, es un cegato que no acierta a darle al balón y, en suma, ni borrón ni cuenta nueva ni . El Ministerio de Hacienda mira hacia otro lado, calla, otorga y disimula.

Es lamentable que ni el ministerio ni la Liga de Fútbol Profesional quieran facilitar los datos de tantas deudas. Hay clubes que tendrían que cerrarlos, directamente. El Atlético de Madrid debía el año pasado 215 millones de euros, y no parece que haya pagado; que conste que cobró 85 millones por la venta (traspaso, perdón) de varios jugadores; los fumbolistas del club se llevaron a casa un sueldazo de 53 millones de euros. El equipo sólo reconoce una deuda con Hacienda de 155 millones, y la polémica está servida. Por su parte, el Deportivo de la Coruña dice que debe 34 millones de euros a Hacienda, pero como está recién en Segunda División y nadie sabe nada de sus cuentas, que no se han publicado desde 2006 (sic), es posible que su deuda real con el fisco esté más cerca de los cien millones de lo que nos pensábamos.

Luego sigue un grupo de grandes deudores. Copiaré: el Zaragoza (33 millones), el Valladolid (33), el Betis (35), el Osasuna (27,9), el Espanyol (23,6), el Sevilla (18), el Mallorca (17) y el Celta de Vigo (17). ¡No está mal!

Están en paces con Hacienda el Athletic de Bilbao, el Getafe, el Villareal y el Sporting de Gijón. ¡Menos mal que hay quienes pagan! También el Real Madrid, que se llenó la boca con el suceso. El F.C. Barcelona tuvo que darse prisa en sostener que ya había pagado una deuda de 48 millones que tenía pendiente con Hacienda, y que ellos también estaban en paz con el fisco, pero no se sabe muy bien si ha sido así, no está claro. Sí que se sabe, sin embargo, que los jugadores del Barça cobraron el año pasado 257 millones de euros. Son los jugadores mejor pagados de Europa. Con la subvención que les pago yo y todos ustedes, ya pueden serlo.

En palabras de los entendidos, es una deuda insoportable, pero los clubes se recrean en ella y dicen que pague Rita, la cantaora. Y esta desfachatez se ha convertido en un problema de Estado, porque en cualquier país civilizado va Hacienda y chapa los clubes morosos, punto, pero aquí, ah, aquí... Aquí, no, ni hablar. La Iglesia se comió la Amortización de Mendizábal, pero nunca nos atreveremos con los clubes de fútbol.

En Europa corren voces de condena, cargadas de razón. Someten a España al más cruel de los planes de ajuste y el euro en la cuerda floja por nuestra culpa y luego tenemos al jefe con la fulana cazando elefantes y al personal jaleando a los fumbolistas, que son los que son, tan buenos y bonitos, porque a los clubes de fúmbol no les da la gana de pagar al fisco. Anda y que les den, exclaman en Europa, y por culpa de estas tonterías comenzaremos a pasarlo mal, ya verán ustedes.

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