¿Qué celebramos el 12 de octubre?



¡El Día Mundial del Huevo!

En efecto, así es. Hace ya unos años, la IEC, International Egg Commission (Comisión Internacional del Huevo) decidió celebrar el World Egg Day, o Día Mundial del Huevo. Fue en 1996, y los representantes de 150 países (que no son pocos) decidieron que tal egregia jornada se celebrara el segundo viernes de octubre de cada año. Este año, el lema del Día Mundial del Huevo es Think Egg!; es decir ¡Piensa huevo!


El lema, como todos los lemas, da un poco en qué pensar. ¿Me están llamando huevo (o huevón), me están diciendo que piense como un huevo o sólo que piense en huevos? La polémica está servida, pero al Día del Huevo se le perdona todo, porque la causa bien lo vale.


La jornada es reivindicativa, porque se atribuyen a los huevos males sin tasa y los empresarios del huevo quieren sostener que tan rico alimento es muy bueno y beneficioso para la salud. Se habla, pues, de las propiedades nutritivas del huevo, de la cantidad de proteínas, vitaminas, minerales y demás que lleva dentro, de lo rica que está la cocina con huevos, del papel del huevo en la lucha contra las hambrunas y la desnutrición, etcétera.

El huevo es también un instrumento político. En los países donde va todo bien, se regalan huevos a los gobernantes, por dar las gracias; donde no va tan bien, se les arrojan huevos. El huevo proyectil imita las características del gobernante. Por poner un ejemplo, los huevos que tendrían que arrojarse al Gobierno de los Mejores serían huevos corruptos (podridos), de talla pequeña y baja calidad; se trata de una metáfora, por supuesto, no crean que promuevo semejante obsequio.


Otras son, sin embargo, las propuestas de los organizadores del Día Mundial del Huevo. Por ejemplo, distinguir al cocinero capaz de cocinar más rápido una tortilla, o de hacerla más buena. Se proponen fiestas familiares, donde el huevo sea el protagonista: concursos de dibujar huevos, de lanzamiento de huevos, de cocinar huevos, además de música, baile y atracciones. Las editoriales, por su parte, aprovecharán el evento para publicar libros de cocina donde el huevo sea el principal ingrediente. Se harán exposiciones sobre el huevo y su mundo y no serán pocos los seminarios (algunos, de muy alto nivel) sobre los beneficios del huevo en la dieta, la salud y la vida de las personas.

Este año, coincide el Día Mundial del Huevo con el Día de la Hispanidad, y he aquí que aparece un huevo famoso, el llamado Huevo de Colón. La anécdota del Huevo de Colón la relató por vez primera un italiano, Girolamo Benzoni, que publicó su Historia del Nuevo Mundo en Venecia, en 1565. Cuenta Benzoni que Colón compartía mesa con unos nobles españoles que aseguraban que, de no haber sido Colón, hubiera sido cualquier otro el que hubiera cruzado el Atlántico y descubierto América.


El Almirante, mosca, mandó que trajeran un huevo y retó a los presentes a que lo pusieran en pie sobre la mesa. Copio lo que sucedió después, según Benzoni: Todos lo intentaron sin éxito y cuando el huevo volvió a Colón éste al golpearlo contra la mesa, colocándolo sutilmente lo dejó de pie. Todos los presentes quedaron confundidos y entendieron lo que quería decirles: que después de hecha y vista la hazaña, cualquiera sabe cómo hacerla.

Pero ¡cuidado! El asunto del Huevo de Colón lleva consigo otra polémica histórica, que no tiene nada que ver con el origen genovés del Almirante, sino con el título de Primera Persona que puso un Huevo en Pie. Véase.

Quince años antes que Benzoni escribiera su Historia del Nuevo Mundo, Giorgio Vasari escribió su famosa Vida de pintores, escultores y arquitectos. Eso fue en Florencia, en 1550. Cuenta Vasari que Filippo Brunelleschi había resuelto al fin el problema de la cúpula de la catedral de Santa Maria delle Fiore y estaba dispuesto a levantarla él mismo. Pero los gobernantes de la ciudad y los arquitectos rivales querían ver el modelo que había hecho Brunelleschi, por ver cómo pensaba levantarla. Ese modelo se conserva y exhibe en el Museo dell'Opera del Duomo, pero entonces lo guardaba Brunelleschi bajo llave.


Como se pusieron tan pesados, Brunelleschi los retó a poner un huevo en pie sobre una mesa de mármol. Quien consiguiera ponerlo en pie, construiría él mismo la cúpula, les dijo. Los arquitectos rivales pusieron manos a la obra, pero el huevo se negaba a sostenerse en pie, hasta que Brunelleschi le dio un golpecito y allá lo dejó, tieso y firme. Los otros protestaron, porque creían que Brunelleschi les había tomado el pelo; Brunelleschi contestó que cualquiera de ellos sería capaz de levantar la cúpula después de haber visto su diseño, pero no antes, como cualquiera hubiera puesto el huevo en pie de saber cómo. Así les dio una lección.

Ahora viene el caso que traerá cola: la Primera Persona que puso un Huevo en Pie ¿fue Colón o Brunelleschi? En todo caso, parece ser que fue un italiano. ¡Manda huevos!

Seguiremos informando.

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