Sombras del escultismo



Se habla mucho de la pederastia entre los sacerdotes católicos, que es abominable, pero no tanto de los abusos que padecen los niños a manos de otras organizaciones laicas. Por ejemplo, entre los Boy Scouts. En los EE.UU., esta organización lleva registrados más de 20.000 casos de abusos a manos de casi 1.250 jefes de tropa, y el asunto ha salido a la luz porque los boy-scouts americanos querían mantener estos registros en secreto y la prensa, publicarlos. Naturalmente, se publicarán.

El escultismo (quizá escoltismo sería mejor) es un movimiento paramilitar juvenil que nació en la Guerra de los Boer. Ha sido imitado con mucho éxito en su día por las tiranías comunistas (Komsomol), nacionalsocialistas (Hitlerjugend) y fascistas (Balille, Arditi, Frente de Juventudes, la Mocidade Portuguesa, etc.). El porqué es evidente. Véase.

Se busca el desarrollo físico, espiritual y mental de los jóvenes para crear buenos ciudadanos. En la Gran Bretaña de Baden-Powell (su fundador), el buen ciudadano es una cosa; en otras partes, otra muy distinta. Se pone énfasis en las actividades lúdicas, para que el joven sea formado sin que se dé cuenta, perfecto; el ejercicio y las actividades al aire libre son básicas para formar su carácter y sus valores; es decir, la fuerza pasa por delante del intelecto y además la organización está pensada para fomentar el liderazgo y la obediencia y el trabajo en equipo por encima de la reflexión crítica individual, como en el ejército y sin que se note. En conclusión, fue muy fácil que un sistema totalitario aplicase las mismas técnicas para educar a sus chavales. También fue fácil que algún desalmado hijo de puta practicara abusos sexuales con impunidad, y perdonen ustedes el exabrupto. Apenas comenzamos a saber.

En España, el escultismo nace en agosto de 1912, en Vitoria y Barcelona, donde nacieron los Exploradores Barceloneses. La Guerra Civil supondrá el fin de estas agrupaciones, que nacerán transformadas en cualquier otra cosa. El franquismo creó los Flechas y Pelayos, que pasarían a convertirse en el Frente de Juventudes, los boy-scouts de la Falange. Los boy-scouts de toda la vida quedaron relegados al País Vasco y Cataluña (el único lugar donde habían tenido cierto éxito antes de la guerra, porque en España había sido un movimiento católico tradicionalista). Siguieron adelante, pero bajo el control de la Iglesia Católica, que creó las Delegaciones Diocesanas de Escultismo (DDE) para vigilar de cerca el movimiento escolta. Tendrá que esperarse a 1978 para que el verdadero escultismo internacional regrese a España.

Mientras tanto, el escultismo católico-nacional o nacional-católico forma a nuestros líderes patrios: Jordi Pujol, Pasqual Maragall, Raimon Obiols o Narcís Serra han sido adoctrinados por el escultismo y hasta hace bien poco, dos de cada tres diputados del Parlamento de Cataluña, también. Los más jóvenes, ya no. Cuántos de ellos han sufrido abusos carnales en sus excursiones campestres católico-patrióticas, no se sabe, quizá ninguno, pero la mayoría, como es evidente, no ha sido capaz de ver más allá de sus intereses particulares, y de cooperar solidariamente para el bien común, como pedía Baden-Powell. Eso sí: forma líderes, forma ideología, forma un grupo de intereses comunes y creencias extrañas.

Mejor hubiera sido enseñarles a leer un libro a todos. Otro gallo cantaría.

2 comentarios:

  1. ¡¡ Vaya topicazos, de alguien que parece no saber nada del ESCULTISMO (en catalán sería ESCOLTISME) !!

    Como es gratis opinar, pues allá cada quien, pero desde luego me parece la opinión gratuita de alguien que no sabe ni donde tiene la mano derecha por mucho master, post master, etc.

    ResponderEliminar
  2. Vaya mi artículo por los miles de niños que han sufrido vejaciones, burlas y acoso por parte de sus compañeros exploradores, ya sea por ser gordos, llevar gafas, ser canijos, torpes o melindrosos, tener granos en la cara, cecear, tartamudear, tener miedo alguna vez, ser poco espabilados o más inteligentes que la media y un largo etcétera de razones que convirtieron los campamentos de verano o las clases de gimnasia en un suplicio. Los que han pasado por experiencias semejantes a manos de supuestos amigos y compañeros aplaudirán mi dedicatoria. Va por ellos.

    ResponderEliminar