El asedio



He leído El asedio en edición de bolsillo (Ed. Punto de Lectura, 1ª edición). Es una vieja costumbre: si me interesa un best-seller, pero no me va la vida en ello, espero a que se publique en su edición más barata, que suele ser la de bolsillo. Eso explica por qué he tardado dos años, tirando hacia tres, en leer esta novela.

Arturo Pérez-Reverte (don Arturo, si me permiten) es autor de grandes novelas y de otras que también podríamos llamar best-sellers. Digo best-seller sin ánimo de ofender, pero haciendo mía una frase de Félix de Azúa que insinúa que los escritores modernos no hacen literatura, sino que escriben novelas. Don Arturo escribe novelas. Unas, mejores que otras y de vez en cuando, alguna excepcional; todas, con un oficio que ya quisiera para mí.

El asedio tiene todos los ingredientes de una novela bien hecha que se venderá como rosquillas: un escritor con mucho oficio, muchas páginas (los libros con más páginas venden más), varias historias que se entecruzan, un poco de sexo (no demasiado), otro poco de violencia (algo más, ¡bien!) y un intríngulis con asesino en serie, policías, fenómenos casi paranormales, mujeres de carácter, corsarios, una buena guerra, héroes perezrrevertianos (cuarenta y tantos años y mal afeitados, tirando a delgados, de apariencia canalla y corazón noble, etc.) y un fondo histórico muy documentado donde ocurre todo y algo más. A El asedio no le falta nada... excepto un poco de chispa.

Es que me ha dejado un tanto frío. Tenía muchas ganas de leerlo, pero se me ha hecho larga cuando la he tenido entre las manos. A mí me sobra la historia entre el chico y la chica, qué quieren que les diga, aunque el final de esta relación es, me parece a mí, lo mejor de toda la novela. Eh, no porque se acabe, sino porque es redondo, perfecto, desde un punto de vista literario, no imagino final mejor y resume maravillosamente una visión del mundo que... Mejor no digo más, porque les puedo chafar la historia.

En cambio, a juzgar por los comentarios en las redes sociales, el final de Pepe Lobo (el héroe perezrrevertiano que decía) ha cabreado a más de uno y que vaya un servidor de ustedes y diga que es lo mejor de El asedio, con notable diferencia, me pone a tiro de muchos comentarios.

Con o sin permiso, les diré que el personaje del comisario Tizón roba el protagonismo a cuantos se le ponen cerca. El espía no está nada mal, pero que nada mal. El ejército francés, soberbio. La sociedad gaditana del 1811 y 1812 se describe brillantemente y con mucho oficio. Doña Lolita Palma es un personaje muy bien descrito y dibujado y no tiene la culpa de que a mí me interese más la parte criminal del asunto, ninguna culpa. Hago como esos chavales que iban al cine a pitar al cow-boy así que se acercaba a la chica con intención de besarla, que lo que querían era verlo coser a balazos al malo de la película, no ligar con una tontorrona.

Metidos en la cuestión criminal que despierta mi interés, la resolución (o no) del caso es brillante, buena de veras, no diré más. Ahora bien, cuando en las últimas páginas aparecen las explicaciones sobre el por qué tal y cual cosa que hace el asesino... Qué quieren que les diga. Se me han ido abajo.

El asedio está muy bien para distraerse, gustará a la mayoría, entretiene y suma méritos uno detrás de otro, pero yo la veo floja. No es lo mejor de Pérez-Reverte, pero tampoco lo peor, ni mucho menos. En la parte media, sin más. Será que me ha pillado en mal día, don Arturo. Lo siento.

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