Las mujeres de Argel, de Pablo Picasso.
Unas descocadas, la verdad.
El otro día sucedió una de esas cosas que quitan el hipo. Un cuadro de Picasso, la llamada versión O de Las mujeres de Argel, se vendió en subasta por 179 millones de dólares, que son no sé cuántos millones de euros, demasiados, una locura. La versión O de Las mujeres de Argel ha batido la marca del precio de un cuadro vendido en subasta pública, y lo batió en Christie's, en su sede neoyorquina.
La imagen emitida por la cadena Fox.
Se tapan las tetas, no vaya a ofenderse alguien.
Pero los culos, no.
Todavía con el susto en el cuerpo, me entero poco después de cómo anunció la noticia la cadena Fox, que tiene no sé cuántos canales y una gran audiencia en los EE.UU. (y en todo el mundo), pero que también tiene fama de ser plataforma de cristianos renacidos, neoliberales, teapartianos, creacionistas y demás clase de memos políticamente poderosos, peligrosos e influyentes, que aquí militarían en CiU o en el PP (para que sepan de qué hablo, si no conocen los EE.UU.). La Fox anunció la venta millonaria del lienzo con una imagen... censurada.
Las cuatro protagonistas enseñan todo lo que pueden y algo más.
Porque en la versión O de Las mujeres de Argel, las mujeres de Argel enseñan las tetas (y el culo). Más concretamente, las cuatro mujeres del cuadro enseñan las tetas, dos enseñan el culo y una de ellas me parece que enseña el potorro (digo me parece porque el cubismo engaña y yo, con tanta teta a la vista, ya no sé lo que estoy viendo).
En la imagen emitida por los telediarios de la Fox, las tetas de las damas que están de pie o sentadas aparecen difuminadas, como si alguien hubiera pasado un estropajo por el lienzo y hubiera emborronado todo. Una banda azul tapa las tetas (y el culo) de la cuarta mujer de Argel, que está tumbada. Pero el (posible) potorro y el otro culo pueden verse perfectamente.
Ante estos hechos, quedan en evidencia al menos dos mentes enfermizas. Una, la mía, que veo potorros en todos los rincones a la que me pongan tetas delante. Otra, la del responsable de la Fox, que padece de mamofobia (horror a las tetas). Por lo visto, es inmoral enseñar las tetas en la televisión, pero ¿no lo es enseñar culos y potorros? No entiendo nada. Será que tanta teta me ha nublado el entendimiento.
El caso ha movido a risa y escándalo, a partes iguales. Si las tetas que pintó Picasso ponen en peligro la integridad física y moral de los telespectadores de la Fox, tenemos un problema. Si los culos, en cambio, son inofensivos, el caso merece la visita del doctor Freud, que no dará con el remedio, pero nos divertirá un rato hablando sobre las parafilias anales y el amor de madre.
Courbet, en 1866, pintó El origen del mundo.
Puede verse en el Museo del Louvre, pero no en Facebook.
Además, también se le ven las tetas. Al menos, una.
No es el primer caso de censura que sufre una obra de arte. Facebook censuró a un usuario (profesor de Historia del Arte) por colgar la fotografía de un cuadro del Museo del Louvre que se llama El origen del mundo en el que se ve una señora enseñando el potorro. El cuadro es de mediados del siglo XIX, pero Facebook piensa que no es apropiado para los visitantes de un museo virtual del siglo XXI. Cómo cambia todo cambiando un palito (I) de sitio. ¡Los pequeños detalles...!
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