Mavis

Mavis es el nombre de un automóvil construido por Chris Williams, un socio del VSCC (Vintage Sports Car Club), que le ha arrebatado al Lion Bastard (que ahora también es de su propiedad) el protagonismo en las reuniones del club.

El Lion Bastard fue construido en 1968 por David Llewellyn. En origen, sobre un chásis Sunbeam; luego fue reconstruido sobre un chásis de un Bentley de 8 litros de 1929. El Lion Bastard tiene un motor de aviación de 24 litros, un Napier Sea Lion de doce cilindros en doble uve (W12). El motor da 550 caballos y el Lion Bastard se hizo famosísimo en las exhibiciones del VSCC en el Reino Unido, donde los Vintage Sport tienen tanto predicamento. De hecho, los Vintage Sport son una cosa tan inglesa como el té de las cinco.

Ahora ya ven ustedes por dónde van los tiros. Los Vintage Sport Cars son un refrito de automóvil de época y locura manifiesta. Se inspiran en unos bólidos de carreras alemanes de los años veinte. El Tratado de Versalles prohibió entonces que hubiera una fuerza aérea alemana, así que sobraban un montón de motores de aviación. Les faltó tiempo a los pilotos y mecánicos alemanes de aquél entonces para poner motores de aviación en chásis de automóviles de carreras y lanzarse a hacer locuras.

Al final de la Segunda Guerra Mundial pasó algo parecido. El Auto & Technik Museum de Sinsheim, Alemania, aprovechó el chásis de un LaFrance americano de 1908 para montarle un motor BMW de 46 litros de 1925, un doce cilindros de aviación que rendían 500 caballos a 1.500 rpm y que alcanzaba los 100 km/h a 800 rpm. Brutus, así se le llamó el vehículo, fue el primero, pero no el último Vintage Sport. Hace poco, Brutus ha cumplido cincuenta años y sigue llamando la atención por donde va.

Mavis se presentó en sociedad en julio de 2010 y tiene fama de ser el más grande desperdicio de tiempo, dinero y mecánica de la historia del automóvil (sic). Es, por lo tanto, un trasto fantástico.

Todo es superlativo en Mavis. Lo primero, su motor. Es un Packard V12 de 42 litros, un 4M 2500 diseñado y construido para propulsar lanchas torpederas en la Segunda Guerra Mundial. El monstruo puede entregar 1.500 caballos de potencia. Supera lo nunca visto. Para ser un Vintage Sport auténtico tiene que basarse en un automóvil de época, y Mavis se ha construido alrededor del chásis de un Bentley de 8 litros de 1930, que ha tenido que ser modificado a fondo, porque el motor Packard... Tiene veinticuatro tubos de escape por los que sale de todo cuando el coche arranca. La columna de dirección está torcida porque el bloque motor se come todo el espacio y su consumo de gasolina debe de ser indecente, cuanto menos.

Pero qué más da, éste no es un Toyota Prius, ni pretende serlo.

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